Con todo, quedan por delante meses de trabajo. Ahora el Ayuntamiento tiene que preparar el expediente y enviarlo a conselleria , que deberá resolver la solicitud en el plazo de tres meses, según la normativa.
Caballeros Cubiertos
Este año parece estar llamado a ser especial. Antonio Martínez-Canales, presidente de los Pilares de la Soledad, ha sido también Caballero Cubierto, justo cuando se pretende declarar BIC tanto al cortejo fúnebre como a quien lo encabeza acompañado por quienes lo precedieron en años anteriores, todos vestidos de frac o uniforme de gala si son militares. Su nombramiento también corresponde al Ayuntamiento, que designa cada año a la persona que por su nobleza, relevantes méritos o amor a la ciudad se ha hecho merecedora de tal honor. Uno de sus privilegios es el de no quitarse el sombrero cuando la procesión pasa por el interior de la Catedral . Tan antigua es la institución que ya un libro capitular de 1750 habla de ella como de «tiempo inmemorial».
Antonio Martínez-Canales, Caballero Cubierto en la pasada Semana Santa / Matías Segarra
El primero del que se tiene constancia fue Miguel Ángel Azor, en 1750. Pese a la creencia popular de que solo se es una vez, hay quien ha ostentado el cargo más de una vez. Incluso, apunta Sáez como curiosidad, hasta en seis ocasiones . Fue el caso de un coronel de la Guardia Civil -Victoriano Álvarez Suárez- en 1861, 1863, 1868, 1869, 1872 y 1875.
Más recientemente, Sáez lo fue en 2004, repitiendo en 2005 porque la lluvia suspendió la procesión el año anterior , para más inri siendo entonces el presidente de las aguas -gerente de Hidraqua en Orihuela-. Lluvia y pandemia hicieron que Miguel Ángel Morcillo fuera Caballero Cubierto en 2022 por tercer año consecutivo.
El Caballero Cubierto, en suma, simboliza todas las virtudes de las que Orihuela se siente orgullosa, siendo portador del Estandarte-Guion , con una forma que se asemeja a la que tiene la bandera de la ciudad, cuyas borlas llevan, generalmente, niños vinculados a él por razones de parentesco o amistad.
Los pasos
Además del paso de Nuestra Señora de la Soledad, desfilan San Juan Evangelista y el Cristo Yacente -de tamaño natural y dentro de una urna de madera-, que es acompañado por innumerables fieles y de la Centuria Romana con las armas a la funerala.
El Cristo Yacente / Matías Segarra
Pero uno de los más místicos y llenos de simbología es el conocido por «La Diablesa» , del siglo XVII y declarado BIC en 2017. Costeado por labradores oriolanos, salió por primera vez en las procesiones de 1695, y siempre ha estado acompañado por agricultores. A un lado y otro de una esfera, de casi un metro de diámetro, aparecen un demonio con forma de mujer y un esqueleto, coronando el conjunto la Cruz del Redentor, como homenaje al triunfo de la Cruz sobre el pecado y la muerte.
Este singular grupo escultórico tiene prohibida la entrada a las iglesias por las que discurre el cortejo escoltado por las bandas de música que interpretan, entre otras marchas, «La Dolorosa», pieza de ejecución obligada por ser una de las composiciones más vinculadas al espíritu pasionario de los oriolanos.