Ramón Riutord / Diario de Mallorca

Él nunca habría confundido persona y personaje, entre otras cosas porque sabía latín –eran famosas sus brillantes intervenciones en Sala citando a Papiniano o a Cicerón con verdadera pasión intelectual– y sabía, por tanto, que persona significa máscara y que con esa máscara vamos por la vida y nos defendemos de sus trampas. En todo caso, él habría hablado de carácter y personaje porque siempre fue un ejemplo de que ambos –carácter y personaje, repito– eran lo mismo. Fueron en él, lo mismo.

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