El domingo, los medios saudíes informaron sobre la muerte de Salim Jamil Ayyash, un alto comandante de Hezbolá, en un ataque aéreo israelí reciente. Según Al-Arabiya, Ayyash fue asesinado cerca de al-Qusayr, en Siria, una zona vinculada a Hezbolá, aunque algunos informes en redes sociales no han confirmado esta localización.
Ayyash, que tenía una recompensa de 10 millones de dólares sobre su cabeza en Estados Unidos, formaba parte del escuadrón Unidad 151, responsable de múltiples asesinatos. El Departamento de Estado de EE. UU. lo identificó como miembro clave de este grupo terrorista. En 2020, fue condenado a cadena perpetua en ausencia por su implicación en el asesinato del ex primer ministro libanés Rafiq Hariri en 2005, llevado a cabo mediante un atentado suicida en Beirut.
Hezbolá y la respuesta israelí ante la guerra en Siria
Además de la condena por el asesinato de Hariri, Ayyash enfrentaba cargos por su involucramiento en otros tres atentados mortales contra políticos libaneses en 2004 y 2005. Desde el inicio de la guerra civil siria en 2011, Israel ha realizado numerosos ataques aéreos en Siria, apuntando principalmente a posiciones del ejército sirio y combatientes de Hezbolá respaldados por Irán. Estos ataques han aumentado desde el 7 de octubre de 2023, cuando Hamás llevó a cabo una masacre en Israel.
La reciente intensificación de los ataques israelíes también se ha dirigido a objetivos terroristas respaldados por Irán en Siria. Desde la muerte de Nasrallah, el líder de Hezbolá, en un ataque israelí en septiembre, varios otros altos mandos del grupo han muerto, incluyendo Ali Karaki, comandante del Frente Sur de Hezbolá, y Fuad Shukr, quien murió en un ataque en julio en los Altos del Golán.
Impacto de la guerra en el Líbano e Israel
Actualmente, las fuerzas israelíes realizan una operación terrestre limitada en el sur del Líbano, buscando reducir la amenaza inmediata que Hezbolá representa en la frontera norte de Israel. En el transcurso de este conflicto, los ataques contra el norte de Israel desde octubre de 2023 han provocado la muerte de 40 civiles israelíes. Además, se han perdido 61 vidas entre soldados y reservistas israelíes debido a enfrentamientos transfronterizos y las operaciones en el sur del Líbano.
En cuanto a las bajas en el Líbano, el Ministerio de Salud libanés reporta más de 3,000 muertos, sin especificar entre civiles y combatientes. Las estimaciones israelíes indican que unos 3,000 miembros de Hezbolá han perdido la vida en la guerra, mientras que también se informa de unos 100 muertos de otros grupos terroristas en el Líbano.