El Mediterráneo ya destaca como uno de los puntos rojos del calentamiento global. Los registros confirman que en esta región del planeta los termómetros están aumentando hasta un 20% más respecto a la media global y que, año tras año, se están batiendo continuos récords de temperatura. Y este aumento del calor superficial de las aguas, según constatan los expertos, está alterando el régimen de precipitaciones en la zona y esto, a su vez, favorece desde la aparición de sequías extremas como la que ha sufrido en los últimos años Cataluña hasta, por ejemplo, la llegada de lluvias torrenciales como las que han provocado una catástrofe en la Comunitat Valenciana.
Los termómetros en el Mediterráneo aumentan un 20% más respecto a la media global, uno de los incrementos más grandes observados en el planeta
En esta región del mundo, en la que habitan más de 150 millones de personas, confluyen una serie de factores únicos que están favoreciendo un calentamiento acelerado de la región. Por un lado, la forma misma del Mediterráneo, que se presenta como un mar casi cerrado y con una profundidad promedio relativamente baja, limita el intercambio de aguas, reduce la capacidad de disipar el calor acumulado y concentra con más facilidad el calor en superficie. Pero por otro lado, todo esto coincide justo en una zona con alta densidad poblacional y una intensa actividad humana que, en su conjunto, generan un alto volumen de gases de efecto invernadero y favorecen la acumulación de calor de forma local.
Calentamiento acelerado
Los registros confirman que estamos viviendo un aumento acelerado de la temperatura tanto del aire como de las aguas del Mediterráneo. Este fenómeno, a su vez, se relaciona con una alteración de los patrones de circulación atmosférica y con una modificación del régimen de lluvia en la región. Según indica el último gran informe del Panel Intergubernamental de Expertos sobre Cambio Climático (IPCC), en muchos puntos de la costa mediterránea se está viendo cómo las lluvias que antes se repartían durante varios meses se están concentrando en episodios más esporádicos y, sobre todo, más torrenciales. Es decir, lo que antaño llovía a lo largo de toda la temporada otoñal ahora se concentra en unos pocos episodios más violentos.
Los científicos advierten que esta pequeña región del planeta, donde habitan 150 millones de personas, concentra riesgos climáticos cada vez más grandes
La otra cara de esta moneda es, paradójicamente, el aumento de otros fenómenos como las olas de calor extremo y las sequías de larga duración en el Mediterráneo. Este tipo de episodios también son un síntoma más del caos climático provocado por el marcado aumento de las temperaturas en la región. En España, por ejemplo, se calcula que más del 75% de la superficie de la Península Ibérica está en elevado riesgo de desertificación tanto por la escasez de lluvias como por el aumento exponencial del calor vivido en los últimos años. Entre las zonas más amenazadas por este fenómeno, tal y como destacan los informes del Ministerio para la Transición Ecológica, destacan el sudeste de la península, sobre todo Andalucía, y el norte, como es el caso de Cataluña.
Fenómenos más devastadores
Los estudios más exhaustivos realizados hasta la fecha sobre el impacto del cambio climático en el Mediterráneo apuntan a que esta pequeña región del planeta concentra riesgos climáticos cada vez más grandes. Las devastadoras inundaciones de la Comunitat Valenciana son un triste ejemplo de ello. Un análisis del Centro de Estudios Ambientales del Mediterráneo (CEAM) indica que la violencia de este episodio se explica, en gran parte, porque la formación de la DANA coincidió con un Mediterráneo mucho más caliente de lo normal y una atmósfera especialmente cálida y húmeda. En esta misma línea, un estudio del del World Weather Atribution afirma que el cambio climático ha multiplicado por dos las probabilidades de que ocurriera un episodio tan catastrófico en España.
Varios estudios indican que el cambio climático ha multiplicado por dos las probabilidades de que ocurriera una DANA tan catastrófica en España
«La crisis climática favorece la llegada de lluvias más torrenciales y devastadoras en el Mediterráneo«, constata la meteoróloga Mar Gómez, del equipo de eltiempo.es. Según explica esta científica, la combinación de un aire y un mar más calientes alimenta este tipo de fenómenos durante más tiempo, haciéndolos más duraderos de lo normal, y también les proporciona más fuerza para descargar cantidades abundantes de lluvia. De la misma manera, en otras regiones del mundo este fenómeno también está alimentando huracanes y tifones cada vez más fuertes y devastadores. Una muestra más de que, desgraciadamente, la crisis climática es un problema de alcance global.