La catástrofe de la DANA que ha devastado casi 80 municipios valencianos, dejado más de 200 víctimas mortales y casi un centenar de desaparecidos, podría ser más grave de no haber sido por muchos héroes anónimos que arriesgaron sus vidas para ayudar y poner a salvo a miles de personas que quedaron atrapadas por la «barrancada», que sorprendió a muchos en sus casas, en garajes, en el trabajo o en sus coches de camino a casa sin que nadie les avisara, o lo hiciera tarde, de lo que llegaba por el barranco del Poyo. Entre estos héroes se encuentra un grupo de conductores de la EMT que el martes por la noche no dudaron en atender a la llamada del Centro de Emergencias de la Generalitat en busca de voluntarios para acudir con autobuses a rescatar a las víctimas. Emergencias llamó a los responsables de la EMT a las 22 horas para ver si podían enviar autobuses a rescatar a las personas que se había refugiado de la riada en los puentes de la pista de Silla y la V-30. Ya de madrugada también acudieron a auxiliar a las personas que habían quedado atrapadas en la A-3, que resultó dañada y cortada en varios puntos.

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