Miles de personas salieron ayer a las calles de Sevilla y Málaga en protesta contra la especulación urbanística y en defensa de una vivienda digna.
En la capital malacitana, la marcha, que ha reunido a unas 10,000 personas según la Subdelegación del Gobierno, recorrió las calles del centro con la finalidad de exigir un cambio en las políticas de vivienda y poner fin al encarecimiento de los alquileres.
Una protesta convocada por la plataforma ‘Málaga para vivir’ y que tiene como objetivo acabar con «la explotación de los alquileres, la precariedad laboral y la destrucción del territorio, respondía a un problema creciente: «la proliferación de viviendas turísticas y la falta de vividiendas para los malagueños«.
Esta manifestación no es un hecho aislado, sino una continuación de las reivindicaciones iniciadas el pasado 29 de junio, en una movilización que sentó precedente. Durante los últimos meses, vecinos de distintos barrios han llevado a cabo asambleas. Con consignas como «Nuestro calvario, tu Airbnb” o “Menos brunch y más pitufos”, los manifestantes hacian visible el descontento de los manifestantes.
Tensión en Málaga
La protesta no estuvo exenta de momentos de tensión. En el punto de partida, un grupo de extrema derecha autodenominado «Málaga 1487» gritaba «Viviendas sociales para nacionales”. La presencia del grupo generó que varios manifestantes reaccionasen con gritos de “Fuera fascistas de nuestros barrios». Para evitar incidentes mayores, la Policía acordonó el lugar y evitó que el grupo avanzara junto al resto de manifestantes.
A pesar de estos momentos de tensión, la marcha continuó con sus reivindicaciones y se mantuvo pacífica. A lo largo del recorrido, los manifestantes entonaron cánticos que hacían alusión a la situación de la vivienda y las políticas locales. Uno de los lemas más escuchados fue “Paquito, ¿dónde estás? Paquito está vendiendo la ciudad”, en clara referencia al alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre.
«¿Vamos a acabar en la calle?»
Mientras, en la capital hispalense, unas 2.000 personas, según la Subdelegación del Gobierno. (35.000 según los organizadores) salían también a la calle y coreaban cánticos como «Se acabó la tregua, lo queremos todo» o «Rentistas culpables, Gobierno responsable».
La asociación Sevilla para vivir, formada por varias plataformas vecinales de la ciudad, ha liderado una concentración pacífica motivada por los elevados precios del alquiler -que no dejan de subir-, el aumento constante de pisos turísticos en el centro y en barrios residenciales, el escaso número de viviendas públicas y la baja oferta de viviendas para uso residencial en los portales web.
Como consecuencia, los vecinos de Sevilla que han vivido siempre en la ciudad ahora tienen que hacer sus maletas y mudarse a zonas de la periferia, donde todavía pueden permitirse un alquiler. «Ya no aguantamos más, ¿Vamos a acabar en la calle?», en una de las grandes preocupaciones de la ciudadanía joven que está en edad de independizarse y que, a pesar de tener un sueldo digno, no tienen acceso a un hogar.
Compradores extranjeros
Tres de cada diez viviendas en venta en Sevilla las compran inversores para dedicarlas al alquiler. En septiembre de este año, el coste medio por metro cuadrado de alquiler (13 euros) era un 10% más alto en Sevilla capital que en el mismo mes que el año pasado.
Nerea de Tena, miembro y portavoz de Haciendo Barrio (de la Macarena), una de las cuatro entidades vecinales que forman parte de la asociación organizativa del encuentro, insiste en que la gente se ha reunido por una «causa fundamental»: el derecho y acceso a la vivienda. «Pedimos que todas las administraciones, local, autonómica y estatal adopten medidas a una situación de auténtica emergencia en cuanto a las viviendas, porque las medidas que se han tomado hasta ahora han provocado el efecto inverso», denuncia De Tena.
Esas medidas, según apunta la portavoz, pasan por frenar las licencias a pisos turísticos y sobre todo, de retornar esas viviendas en uso turístico al piso residencial. Asimismo, reclaman que se aplique la ley estatal a nivel andaluz y que los barrios que la ley lo indica se declaren zonas tensionadas para que haya un límite del precio de las viviendas.
El último acuerdo que se firmó hace apenas 15 días entre el Gobierno municipal del PP y Vox ha fijado un porcentaje de lo que pueden representar las viviendas de uso turístico en los diferentes barrios de la ciudad, un 10% frente al parque de alquiler total. A día de hoy hay más de 9.600 viviendas de uso turístico inscritas en la ciudad (47.040 plazas). Y según el informe más actualizado elaborado por el Gobierno local, aún cabrían más 22.700 licencias en los 108 barrios de Sevilla.