Hay dos tipos de personas. Los que conocen -y siguen- a Johnny Depp desde Eduardo Manostijeras y quienes lo descubrieron en la saga de Piratas del Caribe. La idea preconcebida de lo que es y proyecta este actor depende de esa división. Pasados los años, quien es dueño de una carrera inclasificable, a ratos comercial, a ratos extravagante y personalísima, reconoce que se siente identificado en su vida real de ese personaje creado por Tim Burton que enamoró a los espectadores de medio mundo en los 80. «Eduardo Manostijeras es lo más cercano a mí. Yo soy tímido por naturaleza, siempre he sido tímido, la rareza es lo más interesante«.
Ésta ha sido una de las confesiones que ha realizado el intérprete norteamericano en una multitudinaria rueda de prensa en el Real Alcázar, en el marco del Festival de Sevilla, para presentar Modi-Three Days on the Wing of Madness, su segunda película como director tras la experiencia, hace 27 años, en Brave.
Con un extraordinario sentido del humor, tocado por un borsalino y sin despojarse de sus gafas de sol, el estilo ¿bohemio? con el que desde hace ya muchísimos años se pasea por el mundo, Johnny Depp ha regalado a la prensa (y al puñado de fans irredentos que había en la sala) una comparecencia divertida, sincera y profunda. Varios aplausos y atención reverencial a su discurso dan fe de que, lejos de ser una convocatoria de piloto automático donde se sueltan las mismas cosas de siempre, Depp tenía ganas de hablar, a su ritmo, pausado, pausadísimo, de varias cosas. Seguramente, y cuando apenas está echando a andar esta vigésima primera edición del certamen, esta convocatoria que ayudará a relanzar, al menos mediáticamente, un festival que necesita recuperar el pulso.
Minutos antes, entre los plumillas no había consenso sobre el estado de forma del actor. «¿Y éste cómo vendrá? Yo creo que es un sieso«. Ay. No hay que tener ideas preconcebidas, ni expectativas en la vida. «Odio las expectativas. ¿No es mejor hacer un viaje sin saber lo que te espera a la vuelta de la esquina?«.
Fue un mensaje en el que insistió una y otra vez una de las celebridades más reconocidas de Hollywood al que los años, ¡ya tiene 61!, la experiencia o quizás cerrar a su favor el caso con su ex exposa Amber Heard -uno de los juicios más mediáticos que se recuerdan que se saldó con el fallo por unanimidad del jurado considerando que la actriz difamó a su exmarido en todos los puntos- le ha sentado extraordinariamente bien.
Odio las expectativas. ¿No es mejor hacer un viaje sin saber lo que te espera a la vuelta de la esquina?».
También puede ser que Sevilla y la calidez con la que siempre le recibe España -ya presentó en septiembre esta película en San Sebastián- le guste. Y, de hecho, Depp ha arrancado sus palabras recordando a las víctimas de la DANA en Valencia. «Es un honor y un privilegio que me reciban así. Nuestros corazones están con el país, es muy conmovedor ver la resiliencia y la fuerza que la gente está mostrando. Nos gustaría hacer lo que esté en nuestra mano para ayudar», declaró.
«Aquí una pasión que no se encuentra en Hollywood»
Porque lo cierto es que durante algo menos de una hora, más que hablar de Modi, película que narra 72 horas en la vida del artista Amadeo Modigliani en el París devastado por la Gran Guerra, vino a hablar de su carrera y de la experiencia de rodar en Europa, el rodaje fue en Budapest, en comparación con la industria en Estados Unidos.
«No hay ningún parecido en absoluto. Hollywood se ha mantenido un poco rígida, siguen con el método de película en tres actos: tipo guapo, chica guapita, la parte del medio un poco más movidita, rompemos y al final volvemos juntos. Está genial, de verdad, pero es que en Europa, el apetito, la avidez que existe en Europa …Aquí hay una pasión que no se encuentra en Hollywood«, explicó. «Aquí un chico de 14 o 15 años, coge un móvil y quiere hacer una película. ¿Quién sabe si será el futuro Jim Jarmush o Pedro Almodovar?». «Sería irresponsable por mi parte continuar en Hollywood, donde hablas con gente sabe más de contabilidad que tú, pero la creatividad alcanza su cumbre una vez al año… por Halloween», bromeó.
«Sería irresponsable por mi parte continuar en Hollywood, donde hablas con gente sabe más de contabilidad que tú, pero la creatividad alcanza su cumbre una vez al año… por Halloween»
«¿Qué ha aprendido después de 27 años sin rodar?». Se le preguntó en la sala: «Es mejor no salir en la película”, respondió entre risas de todo el equipo de la película, entre ellas, su protagonista, Antonia Desplant, que aquí da vida a que da vida a la escritora, poeta y crítica literaria inglesa Beatrice Hastings. Desplant, francesa e hija de Alexandre Michel Gérard Desplat (compositor de bandas sonoras para Wes Anderson), agradeció al director que confiara en ella el papel de una británica «tan interesante, tan fuerte y con tanta determinación» como esta mujer amiga de Modigliani, que el filme interpreta Riccardo Scamarcio.
Pese a lo grato de la experiencia y pese a que el productor del filme ha dicho en público que no se arrepiente de estar detrás de este proyecto, Depp asegura que antes de director es actor. Pero uno de esos actores a los que no le gusta verse de nuevo en pantalla: «una vez que doy lo que tengo en esa película, ha terminado mi trabajo», de modo que descarta «la idea de ver un producto terminado» porque prefiere «no ser consciente de lo hecho», sino «vivir la experiencia del rodaje».
Decenas de rodajes en su haber le han llevado a esta afirmación rotunda, de Ed Wood a Charlie y la fábrica de chocolate, de Sleepy Hollow a La novena puerta, de Don Juan de Marco a Donnie Brasco. Obras «a las órdenes de los mejores y entre los mejores, los más caóticos». «Yo he tenido a gente que me ha dicho empieza sin más indicaciones y otros que me han dado al oído todo tipo de indicaciones, yo he hecho lo que me ha dado la gana y al final de la toma me han felicitado «¡Extraordinario, extraordinario!», broméo sobre su experiencia con su descubridor y aliado Tim Burton, Emir Kusturica o Jim Jarmusch.
Un espíritu indómito y anárquico con el que, dice, va mucho más allá de lo que escriben los guionistas. «Le veo muy tranquilito: «¿cómo hace para luego para meterse en la piel de Jack Sparrow?», le preguntaron entre risas. «Será la esquizofrenia».