Hugo Alfonso Morán (Campomanes, Asturias, 1963) es el secretario de Estado de Medio Ambiente del Ministerio de Transición Ecológica. Responde a la llamada de La Nueva España desde la sede de la Confederación Hidrográfica del Júcar (CHJ), en Valencia, donde está desplazado para gestionar parte del operativo del Ministerio a raíz de la DANA. Morán es una de las personas claves del Gobierno central para la gestión de esta catástrofe, en la medida en que las confederaciones hidrográficas dependen de su departamento. En esta entrevista detalla la llamada que realizó el martes a Salomé Pradas, consejera de Interior y responsable de emergencias de la Generalitat, que es el órgano encargado de enviar la alerta masiva a los teléfonos de los valencianos, en el centro de la polémica por la tardanza del envío, que se realizó pasadas las 20.00 horas.
-¿Qué ha pasado en la gestión de esta catástrofe?
-Por desgracia, en los más de seis años que llevo en el Ministerio, me ha tocado gestionar catástrofes y el sistema siempre es el mismo, aunque ahora nos encontremos en una situación prácticamente inédita. La gestión de una catástrofe natural, de acuerdo con la atribución competencial, corresponde a las comunidades autónomas. Siempre que ocurre algo de estas características la comunidad tiene la responsabilidad durante y después, y el Estado pone a su disposición los recursos de los que dispone, en función a las necesidades que haya.
-¿Han fallado los protocolos?
-Hay tres momentos clave. Uno es el momento predictivo, que se basa en la información de la que se dispone antes de que suceda la catástrofe; el segundo es lo que pasa durante y el tercero el momento posterior. En el primer momento, en el predictivo, solo hay un instrumento, que es la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet), que venía advirtiendo que las condiciones que observaba hacían prever que se produciría un fenómeno de estas características. A medida que pasan los días se afina la predicción y ya el viernes anterior a la dana se saben cuáles son las zonas más expuestas. El domingo se lanza un primer aviso, concretando cuales son los espacios, y el martes, a las 7.36 de la mañana, se reafirma poniendo la alerta roja. Es decir, sobre el terreno, se disponía de la información necesaria. Hubo otros organismos que también la tenían: varios ayuntamientos lanzaron anuncios vecinales, se suspendieron clases en colegios, la Universidad Politécnica canceló las clases…En la Diputación de Valencia, donde gobierna el PP, se envió a todos los funcionarios un mensaje para pedirles que no circulasen. Hubo más.
-¿Y entonces?
-Sin embargo, quien tiene la competencia de gestión en su conjunto no toma la decisión de enviar una alerta masiva a toda la población hasta las ocho de la tarde.
-¿El funcionamiento del sistema de alerta es conocido?
-Es público y notorio y se ha utilizado. El sistema se implantó, lo presentó el Ministerio del Interior y se ensayó. Repito que es un sistema perfectamente conocido, que ya se activó en Madrid.
-La consejera responsable (Salomé Pradas, de Interior) ha dicho que desconocía ese sistema hasta ese día.
-Como mínimo, eso da pie a pensar sobre cuáles son las causas de que no se activase.
-Usted llamó a esa Consejera el martes, ¿por qué lo hizo y de qué hablaron?
-Repito que el protocolo es siempre el mismo. En el momento que tenemos la información, nos ponemos en contacto con los responsables de la gestión. Yo mismo, cada vez que hay un incendio forestal o un problema en la costa, llamo al consejero o consejera responsable para comunicarle los recursos que tenemos. La consejera de Interior de la Generalitat reúne al Cecopi (Centro de Coordinación Operativo Integrado) a las 17.00 horas, y se produce una larga reunión que concluye sobre las 19.30 horas. De ese encuentro me trasladan información la delegada del Gobierno y el presidente de la CHJ. Me advierten que la situación es complicada y que da la impresión de que alcanzará un nivel de afectación muy elevado. Cuando tengo esa información, llamo a la Consejera, que en ese momento tiene más datos que yo, porque está ahí, en esa reunión y hablando con varios organismos.
-¿Qué le trasladó?
-Es una conversación cordial. Le digo: «Oye, Consejera, acaban de informarme de la situación, y tienes todos los operativos necesarios a tu disposición y mi teléfono para cualquier cosa que necesite». De todos modos, ella ya conocía esto perfectamente, porque la delegada del Gobierno la había llamado a lo largo de la mañana, hasta en cuatro ocasiones, antes de esa reunión, para decirle que la UME estaba operativa. Eso se fue alargando.
-¿Qué le contestó la Consejera en esa llamada?
-Estaba con una tensión tremenda. Lo único que me dijo fue que estaban en ello y que gracias por la llamada.
-Carlos Mazón, presidente de la Generalitat, sostiene que la alerta a los teléfonos no se envió antes por los emails que mandó la CHJ.
-Lo que dice no es cierto. Además, la Generalitat sí decretó la alerta hidrográfica tras recibir un aviso y no la desactivó en ningún momento.
-Pero sí hubo tres emails en los que la CHJ aseguraba que había un descenso del caudal, ¿cómo se explica?
-Es una información muy sencilla. Los sistemas de información hidrográfica tienen mecanismos automáticos en los cauces de los ríos para tomar datos. Esos datos aparecen cada cinco minutos en un sistema abierto, a disposición de cualquiera. De hecho, el Centro de Emergencias tiene ante sí unas pantallas en las que se indica todo esto. Cualquiera puede acceder a esa información, y además los medios fueron recomendando ese mismo día a la gente que no saliese a la calle, en base a la información que se trasladaba. Respecto a los correos electrónicos, las confederaciones los mandan cuando hay algo brusco y eso es lo que se hace, sencillamente para reforzar una información ya disponible.
El día de la dana llamé a la consejera valenciana y le dije que tenía toda nuestra ayuda a su disposición; estaba con una tensión tremenda; me respondió que estaban en ello y que gracias por la llamada
-Entonces, ¿qué falló concretamente?
–Lo que estoy comprobando, porque lo veo en primera persona, es que los operativos y operarios de todas las administraciones hicieron su trabajo perfectamente. Lo que falló fue la estructura de la decisión política que está al cargo. Otros, con la misma información, tomaron las decisiones correctas y quienes tenían responsabilidad de facilitar información lo hicieron bien.
-¿Cree que Mazón debería dimitir?
-Es evidente que no se gestionó bien ni el previo, ni durante ni en estos momentos. Tendríamos que tener el esfuerzo enfocado hacia lo básico: las familias que pasan por momentos dramáticos y la búsqueda de desaparecidos. No hacemos nada enfrascándonos en un debate. Es evidente que Mazón no está sabiendo gestionar lo que ocurre, porque genera un clima de crispación y abre debates que en todo caso deben ser para después, para cuando la gente tenga ya normalidad.
-¿En qué está volcado su Ministerio en este momento?
-Tenemos el centro de trabajo en la Confederación del Júcar (CHJ). Ahora mismo hay tres ámbitos: la parte de cooperación de rescates, de desaparecidos y la de intentar recuperar la normalidad en las zonas que resultaron afectadas.
-¿Cuántos operarios aportan?
-En estos momentos 314 efectivos en las brigadas, entre ellos los de la Brigada de Refuerzo en Incendios Forestales, en Tineo. Están sobre el terreno, actuando a disposición de la coordinación autonómica, básicamente en la retirada de residuos y recuperación de viviendas.
-¿En qué momento de la catástrofe nos situamos?
-Hay dos áreas críticas en la gestión: la del restablecimiento de servicios básicos, como el agua, y la gestión de residuos. En los momentos inmediatos a las inundaciones, 650.000 personas se quedaron sin agua. Gracias al trabajo que están haciendo operarios de todas las administraciones, tanto de la Generalitat, ayuntamientos y Gobierno central, la cifra se está reduciendo y ayer por la mañana eran unos 11.000.
-¿Cuánto va a durar la recuperación?
-Hablamos de un periodo muy largo. Hay algunas infraestructuras que están siendo recuperadas sobre la marcha, pero otras tardarán meses. El nivel de afectación es de unas dimensiones enormes, por eso hay que centrarse en lo básico con carácter inmediato.
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