La calidad del esperma de los españoles es cada peor, especialmente en los jóvenes. Se estima que entre el 30% y el 50% de los hombres en edad fértil tiene un semen de baja calidad. De hecho, ha disminuido de 99 millones de espermatozoides por mililitro a 47 millones por mililitro.
El estrés, la mala alimentación o los contaminantes ambientales podrían estar detrás de este fenómeno.
Sin embargo, un estudio de la Universidad de Ginebra, en colaboración con el Instituto Suizo de Salud Pública y Tropical, ha demostrado que el uso frecuente de teléfonos móviles tiene una relación directa con una menor concentración y recuento total de espermatozoides.
Los resultados se han publicado en la revista ‘Fertility and Sterility’.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alerta de que una cada de seis parejas padece infertilidad.
Se debe considerar estéril cuando después de un año o más de relaciones sexuales regulares, sin el uso de preservativo u otros métodos anticonceptivos, no se logra el embarazo. Este trastorno del aparato reproductor, masculino o femenino, puede causar problemas de salud mental en la pareja, así como angustia o estigma.
¿Qué pasa con los móviles?
Desde hace años, se ha relacionado el uso de teléfonos móviles, que emite radiación electromagnética, con un riesgo para la calidad del semen. El estudio de la Universidad de Ginebra, que ha analizado a casi 3.000 hombres entre 18 y 22 años, ha comprobado como el uso de dispositivos móviles interfiere en la “disminución de la motilidad (capacidad para moverse), morfología y viabilidad de los espermatozoides”.
La investigación ha sido liderada por la doctora Rita Rahban con datos de jóvenes entre 2005 y 2015.
Los resultados fueron que la concentración media de espermatozoides fue mayor (56,5 millones/mL) en aquellos hombres que no usaban el smartphone más de una vez a la semana, frente a los que los utilizaban más de 20 veces al día (44,5 millones/dL).
- “Los hombres completaron un cuestionario detallado relacionado con sus hábitos de vida, su estado de salud general y, más específicamente, la frecuencia con la que usaban sus teléfonos, así como dónde los colocaban cuando no estaban en uso”.
¿Tiene algo que ver dónde guardamos el móvil?
Es otra de las cuestiones que han querido resolver los investigadores. Un total de 2.368 hombres, correspondientes al 85,7% de la población estudiada, afirmaron guardar el teléfono cuando no lo utilizaban en los bolsillos de sus pantalones. El resto de los hombres lo tenían en sus chaquetas (4,6%) o en otro lugar, no en el cuerpo (9,7%).
Pero, «llevar el teléfono en los pantalones no se asoció con parámetros de calidad del semen alterados en comparación con llevar el teléfono en otra parte del cuerpo”.
¿El 4G es mejor para la calidad de los espermatozoides?
Además, se encontró una asociación entre el uso de teléfonos móviles y la concentración de esperma de “mayor calidad” el primer período del estudio (2005 y 2007) y disminuyó progresivamente durante los períodos posteriores (2008-2011 y 2012-2018).
- “Este patrón está en línea con la transición a las nuevas tecnologías, principalmente de 2G a 3G y 4G, y la correspondiente disminución en la potencia de salida del teléfono”.
No obstante, recalcan los autores, con la llegada de nuevas tecnologías telefónicas en los últimos años “se necesitan estudios observacionales prospectivos más contemporáneos para mejorar comprender el impacto de los RF-EMF (efectos de los campos electromagnéticos de radiofrecuencia) en la salud reproductiva masculina y el potencial de fertilidad”.
Para llegar a una conclusión más clara, ya que los datos que reportaban los participantes eran autoinformados (una estimación propia), en 2023 se puso en marcha un estudio financiado por la Oficina Federal de Medio Ambiente de Suiza (FOEN, por sus siglas en inglés), del que se esperan resultados más concluyentes.