Agentes de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil han detenido a dos de los tripulantes de la narcolancha que el pasado 9 de febrero arrolló y mató a dos miembros del Instituto Armado el pasado 9 de febrero en el puerto de Barbate.
Ambos se han entregado a la Guardia Civil tras volver desde Marruecos, donde se habían ocultado tras los hechos ocurridos a primeros de año. Su detención ha tenido lugar sobre las 19.00 horas en Barbate.
Las gestiones de los investigadores han propiciado que ambos tripulantes hayan regresado de Marruecos y se hayan entregado este viernes a las autoridades, según confirman fuentes de la investigación a EL ESPAÑOL.
Estas detenciones vienen a «complementar«, señalan fuentes de la Guardia Civil la que se llevó a cabo el pasado 19 de septiembre y en la que se arrestó a Karim El Baqqali, piloto de la narcolancha que embistió a los agentes.
En ese momento, además, se dictó orden de detención internacional sobre los otros dos presuntos involucrados en los hechos, que han sido detenidos este mismo viernes, según confirman fuentes de la investigación.
Juzgado de Instrucción
Hay un tercer tripulante sobre el que todavía pesa esa orden internacional de detención, pero que no ha sido localizado, señalan los agentes.
La investigación de la Guardia Civil, en todo caso, está siendo dirigida por el Juzgado de Instrucción número 1 de Barbate (Cádiz), lugar donde ocurrieron los hechos.
Los agentes muertos durante la temeraria actuación de la narcolancha eran un miembro del GAR (Grupo de Acción Rápida) y otro del GEAS (Grupo Especial de Actividades Subacuáticas). Tenían 39 y 41 años.
La muerte de los dos dos guardias civiles se produjo cuando la lancha de los agentes se guarecía en el puerto de Barbate de un temporal que azotaba la zona esos días de febrero.
Karim El Baqqali fue detenido en Cádiz el pasado mes de septiembre. Permanecía huido de la justicia en Marruecos junto al resto de tripulantes de esa embarcación desde la tragedia en la que presuntamente asesinó a dos agentes. Concretamente, se escondía en la localidad de Dalía, en la región de Tánger, su pueblo natal donde según las mismas fuentes ha hecho vida absolutamente normal durante estos ocho meses en los que ha permanecido fugado.
Gracias a las pesquisas llevadas a cabo, la UCO supo que en la semirrígida que perpetró el ataque mortal había tres personas y que todas eran de nacionalidad marroquí.
Karim, conocido también como Karim Gabarde, es sobrino de un capo marroquí del hachís asentado en la Costa del Sol que responde al nombre de Abdellah El Merabet. Apodado el Pus Pus, es el gran jefe de una de las principales organizaciones de tráfico de hachís en el Estrecho de Gibraltar, desde Marruecos hasta Europa.
La presión policial de la Unidad Central Operativa (UCO), encargada de las pesquisas, ha resultado fundamental para que estos individuos, junto a Karim, regresaran de Marruecos, donde se ocultaron desde poco después de perpetrar el trágico y mortal atropello.
Según las mismas fuentes consultadas, la presión de la UCO y de las unidades dedicadas a investigar al narco y de Marruecos al clan del prófugo se ha hecho notar en los últimos meses.
La investigación dio un vuelco total el pasado mes de mayo, tras el informe de los investigadores en el que por primera vez reconocían que Kiko El Cabra y el resto de los detenidos en primera instancia no mataron a los guardias arrollándolos con su narcolancha. No iban a bordo de la embarcación que arrolló y acabó con la vida de los agentes.
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Con la información obtenida en los volcados de los terminales de los detenidos, los investigadores localizaron una grabación de vídeo de tres minutos y 33 segundos. En ella se apreciaba el ataque mortal y las embestidas de la semirrígida pilotada por Karim El Baqqali. Esa grabación fue registrada desde la lancha de El Cabra.
«Este vídeo recoge la secuencia de movimientos efectuados por una narcolancha diferente a la que se encuentra José Antonio González Cazorla (El Cabra) antes, durante y después de llevar a cabo la fatal agresión, la cual quedó filmada en el vídeo grabado por el usuario del terminal analizado», señalaba la UCO.
Se perdieron tres meses preciosos, pero los indicios de los que disponían los investigadores, así como los testimonios de los encarcelados hasta el momento resultaron fundamentales. Fueron los detenidos de forma fallida en primera instancia los que apuntaron por primera vez a este individuo en sus declaraciones. La Guardia Civil comprobaría después la veracidad de ese testimonio.