Ámsterdam vivió este jueves 7 de noviembre una noche de terror. La violencia volvió a estar presente en un partido de fútbol, pero esta vez por una índole que nada tiene que ver con el deporte rey. Una batalla campal entre un grupo propalestino y los seguidores del israelíes del Maccabi Tel Aviv que causó el pánico en la capital neerlandesa.

Emboscadas, fuego, puñetazos, dientes rotos, personas apaleadas en el suelo hasta quedar inconscientes… Una crueldad total que se saldó con al menos 10 heridos, más de 60 detenidos y dos desaparecidos. 

Un enfrentamiento que alcanzó su punto álgido tras el final del partido entre el Ajax y el Maccabi, pero cuyo origen se remontó al día previo. Los medios de los Países Bajos indican que los ‘hooligans’ del Maccabi se pasearon por las calles de la ciudad retirando banderas palestinas de los balcones y profiriendo gritos en contra de Palestina. La prensa israelí califica lo sucedido de una «emboscada planificada».

Al fin y al cabo, como suele ocurrir en este tipo de batallas campales a la salida de un estadio de fútbol, suelen pecar justos por pecadores. Uno de ellos fue Yaakov Masri, aficionado del Maccabi Tel Aviv que había acudido con su hijo a ver el partido, y que contó lo sucedido al Canal 13 de Noticias de Israel. 

«Comenzaron a golpearnos, me rompieron la cara, me sacaron un diente y me cortaron el labio», dijo. «A mi hijo le dieron dos puñetazos en la cara», añadió Yaakov Masri, quien aseguró haber llamado a la Policía para que les enviaran un coche patrulla, pero «dijeron que estaban ocupados con otros incidentes».

Horas después encontraron auxilio y fueron escoltados hasta su habitación del hotel, totalmente atrincherada con mesas para bloquear la puerta. También fue llevado hasta su alojamiento Yarin Chai Yitzhak, quien denunció que «me han dado un puñetazo en la cara y una patada en el estómago».

Pánico en las calles

El ambiente en las inmediaciones del Johan Cruyff Arena se mostró muy tenso desde el inicio. Los aficionados del Maccabi Tel Aviv, cuyos algunos de sus ultras había retirado banderas palestinas situadas en varios balcones de casas cercanas a sus alojamientos, recorrieron las calles de Ámsterdam con gritos de «dejemos que las FDI ganen». 

Antes del choque ya se produjeron detenciones por distintos altercados, pero todo estalló a partir de las 23:00 horas. Una emboscada por parte del grupo propalestino a cualquier aficionado del Maccabi. Les esperaron en grupos de 10 y 15 personas en los aledaños del metro, en esquinas, callejones… hasta que se desató el pánico.

Numerosos hinchas del club israelí fueron perseguidos y agredidos por los propalestinos de forma violenta. Con los puños, con palos e incluso con cuchillos. Infinidad de vídeos fueron compartidos por redes sociales evidenciando la gravedad del asunto.

Los coches se vieron obligados a detenerse ante una batalla campal que invadió las carreteras, o incluso para no atropellar a personas inconscientes sobre el asfalto. Tampoco se salvaron algunos de los que se escondieron dentro de portales, quienes acabaron recibiendo una paliza.

Rechazo absoluto

Los actos violentos vividos en Ámsterdam generaron multitud de respuestas en los líderes políticos de ambos países. Sin ir más lejos, el Primer Ministro de Israel Benjamín Netanyahu confirmó que mandará dos aviones hasta los Países Bajos para recoger a los aficionados del Maccabi.

También convocó un acto de urgencia Femke Halsema, alcaldesa de Ámsterdam, quien anunció que la ciudad queda designada como un «área de riesgo de seguridad» tras lo que consideró un «crimen» que recuerda a «los pogromos».

«Chavales en scooters recorrieron la ciudad en busca de aficionados israelíes. Fue un ‘ataca y huye’. Entiendo muy bien que esto trae el recuerdo de los pogromos», señaló Halsema, que afirmó que “en Telegram se hizo un llamamiento a cazar judíos» en Ámsterdam, lo cual «es una vergüenza” y se está investigando si la violencia fue «premeditada».



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