El asalto al Capitolio, calificado por el FBI como “terrorismo doméstico” y por el presidente electo Donald Trump como “un día de amor” ha sido una pieza central de la campaña del republicano, que ha prometido indultos para sus seguidores. Los asaltantes, algunos de los cuales cumplen penas de cárcel, celebraron su victoria con la esperanza de que les ponga en libertad. De momento, apenas dos días después de las elecciones, los abogados defensores de los que participaron en la toma del Capitolio han pedido por escrito a los respectivos tribunales que congelen sus casos hasta que tome posesión la nueva administración, esperando que esta sea más indulgente

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