El cordón que portaba Marie Anne como gran dama estaba envenenado. Un veneno que hizo que la beguina actuara de una forma muy extraña frente al pueblo y fuera acusada de bruja.

Ante ese suceso, el comisario regresa al beguinato y pide llevarse a Marie Anne. Sibila sale en su ayuda: “si me permitís comisario estáis cometiendo un gran error, a quién debéis detener es a Lucía de Avellaneda”.

La beguina la acusa de la muerte de Lucrecia y de estar maldita. “Llevárosla lejos, ella es la bruja que buscáis”, le asegura la beguina al comisario.

El comisario arresta a Lucía de Avellaneda ante la impotencia del resto de las beguinas y de Telmo, que corre en su búsqueda prometiéndola sacarla del arresto de la Santa Inquisición.


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