El sindicato de maquinistas de Boeing en Seattle votó el lunes para finalizar una huelga que había durado siete semanas y aceptar un nuevo acuerdo con la empresa. Esta decisión permitirá a Boeing reanudar la producción de aviones militares derivados de modelos comerciales, como el KC-46 y el P-8 Poseidon.

La Asociación Internacional de Maquinistas y Trabajadores Aeroespaciales (IAM), que representa a unos 33.000 empleados de Boeing en Washington y Oregón, votó con un 59 % de apoyo para poner fin a la huelga. Los trabajadores volverán a sus puestos el 6 de noviembre. La huelga había comenzado el 13 de septiembre, tras el rechazo de un contrato anterior.

El director ejecutivo de Boeing, Kelly Ortberg, declaró: “A pesar de las dificultades recientes, seguimos siendo un equipo. Solo avanzaremos escuchándonos y trabajando juntos. Hay mucho por hacer para retomar la excelencia que ha hecho de Boeing una empresa emblemática”.

Por su parte, el presidente del IAM 751, Jon Holden, afirmó que la huelga ayudó a los empleados a “reequilibrar la balanza” mediante un contrato que mejora salarios y calidad de vida. Añadió que este acuerdo “establece una nueva base para el futuro”, y aseguró que los trabajadores están listos para ayudar a Boeing a “volver a producir los aviones más seguros y de mejor calidad del mundo”.

Las consecuencias financieras de la huelga fueron inmediatas para Boeing, que tuvo que detener la producción de sus aviones comerciales 737, 767 y 777. También se vieron afectados los derivados militares de esos modelos, como el avión de patrulla marítima P-8 Poseidon y el avión cisterna KC-46. Además, la compañía reconoció posibles retrasos en el programa de la Fuerza Aérea para construir los prototipos del E-7 Wedgetail debido a la paralización laboral.

Durante el tercer trimestre, Boeing reportó pérdidas por 6.000 millones de dólares, de las cuales 2.000 millones estaban relacionadas con sus programas de defensa, un resultado atribuido en parte al paro de actividades.

Al inicio de la guerra, Boeing aseguró que estaba trabajando con sus proveedores y clientes para minimizar el impacto en los programas P-8 y E-7 Wedgetail. A pesar de la huelga, cumplió su compromiso con la Fuerza Aérea de Estados Unidos de entregar al menos 15 aviones KC-46 antes del cierre del año fiscal 2024, que terminó el 30 de septiembre.

En una conferencia sobre ganancias en octubre, Ortberg destacó que alcanzar un acuerdo con el sindicato era un paso clave para que la empresa pudiera seguir adelante. “Me reuní con los líderes sindicales durante mi primera semana de trabajo y les aseguré que estaba comprometido con restablecer la relación”, declaró el 23 de octubre, horas antes de que el sindicato rechazara una propuesta anterior de contrato.

A medida que la huelga continuaba, la frustración comenzó a ser evidente en los directivos de Boeing. En una entrevista concedida al Seattle Times el 1 de noviembre, Holden mencionó que Ortberg advirtió a los líderes sindicales que si rechazaban la última oferta de la empresa, la siguiente propuesta tendría condiciones menos favorables.

El nuevo contrato incluye un aumento salarial del 38 % durante los próximos cuatro años, bonificaciones de 12.000 dólares, la restauración del plan de incentivos de la compañía y mejoras en los planes de jubilación 401(k). Como parte del acuerdo, Boeing también se comprometió a construir su próximo avión comercial en la región de Puget Sound si lanza un nuevo programa durante la vigencia del contrato.

Este acuerdo representa una mejora significativa en comparación con la propuesta original del 8 de septiembre, que ofrecía un aumento del 25 %, y respecto a la oferta del 19 de octubre, que incluía un aumento del 35 %. Sin embargo, el aumento sigue siendo inferior al 40 % que el sindicato había exigido inicialmente. Además, a pesar de las bonificaciones y mejoras en los beneficios, Boeing rechazó la demanda del sindicato de restablecer el antiguo plan de pensiones de la empresa, eliminado en 2014.

El IAM 751 recomendó a sus miembros aceptar el contrato, afirmando en su sitio web el 31 de octubre que era el momento de “consolidar los logros y declarar la victoria con confianza”. En el comunicado, el sindicato señaló que había llegado al punto en el que ya no se podía obtener más de las negociaciones y que prolongar la huelga podría provocar una oferta menos favorable en el futuro.

En un mensaje dirigido a los empleados el 1 de noviembre, Ortberg declaró: “Es momento de reunirnos nuevamente y enfocarnos en reconstruir el negocio y producir los mejores aviones del mundo. Muchas personas dependen de nosotros”.

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