Los paquetes turísticos están al alza; a pesar de los problemas económicos, la gente quiere seguir viajando aunque tenga que reducir sus gastos en otras partidas privadas; aquel runrún de 2023 respecto a que, como consecuencia del cambio climático, muchos ya se planteaban huir de los destinos tórridos y coger sus vacaciones lejos del verano no se consolida, y la turismofobia (a veces en forma de manifestaciones como las celebradas en Ibiza) no están teniendo, de momento, efectos negativos sobre el destino. Son algunas de las conclusiones a las que llega el Informe ABTA 2024-2025 referido al mercado británico, que se da a conocer en la World Travel Market y que viene a ser la Biblia en el sector. Hasta el presidente del Consell, Vicent Marí, mantuvo una reunión el martes con representantes de ABTA, que, de ese estudio, le destacaron «la consolidación del mercado extranjero más fiel de la isla, el británico, con una tasa de repetición por encima del 60% en algunos segmentos, y con una valoración de destino de 9 sobre 10».
Ni la introducción de «medidas turísticas adicionales, como cargos diarios y aumentos en los impuestos de sostenibilidad», ni las «protestas de los residentes sobre el modelo turístico y su impacto en el lugar donde viven», los datos que maneja ABTA apuntan a que «no han generado un aumento en las preocupaciones de los consumidores». Los hoteleros pueden, pues, respirar tranquilos. De momento.
El léxico turístico se ha ampliado este año con una nueva palabra: coolcations, vacaciones de frío. Se especulaba hace un año en el informe de ABTA que, debido a las altas temperaturas en algunos destinos como el nuestro, los clientes empezaban a buscar destinos de vacaciones más frescos: «Nuestros datos sugieren que ese no es el caso. Los destinos de la lista de los más visitados del Reino Unido ofrecen una gran cantidad de opciones para unas vacaciones cálidas y soleadas, lo que nos lleva a creer que las coolcations son la excepción y no la regla». Alivio, de nuevo, en el sector, aunque, por otra parte, eso vendría bien para desestacionalizar. Las vacaciones en la playa, sobre todo, y las escapadas urbanas «siguen siendo los dos tipos de vacaciones más populares, ya que casi la mitad (48 %) se fue a la playa en los últimos 12 meses, lo que aumenta hasta el 56 % en el caso de las familias».
Pasión por los cruceros
La popularidad de los cruceros «está creciendo entre los turistas con niños, y la proporción de los que realizan cruceros casi se duplicó en los últimos cinco años», explica el informe. Ocurre, precisamente, cuando en Ibiza se lucha por reducir la presencia de varios grandes buques a la vez en es Botafoc.
Y otro dato importante: crecen los paquetes turísticos, que en Ibiza estaban a la baja desde hace años. Hay varios motivos, como «la facilidad para reservar de esta manera» o «la seguridad de que alguien está allí para ayudarlos si algo sale mal», que tiene su raíz en los conflcitos bélicos y en los desastres naturales, cada vez más frecuentes. «Las familias jóvenes y los grupos de menor edad recurren cada vez más a profesionales de viajes para reservar sus vacaciones, una tendencia que ha ido creciendo de manera constante durante los últimos cinco años», apuntan desde ABTA. Y un tercer motivo: «Los paquetes vacacionales, rápidos, sencillos y económicos siguen siendo la forma más popular de viajar al extranjero. Los reservan el 62% de los viajeros que viajaron al extranjero en los últimos 12 meses (el 61% el año pasado), mientras que optan por ello el 77% de las familias (frente al 74%) y el 71% de los jóvenes de entre 18 y 24 años (frente al 65%). Se ha producido un ligero aumento en el número de personas que afirman haber reservado un paquete porque es la opción con mejor relación calidad-precio (del 42% al 44%), y también son más las que valoran el tiempo que ahorran al reservar un paquete (del 34% al 38%) y el hecho de que se encargan de todo (del 33% al 37%)».
No se renuncia a viajar, por mal que vaya la economía o suban los impuestos (en el Reino Unido ya se aprietan el cinturón ante la que les va a caer). Con tal de viajar, «se recortan otros gastos discrecionales antes que las vacaciones. De hecho, las vacaciones son lo último que se elimina cuando es necesario reducir los gastos para cubrir el coste de la vida». Aun así, se mira cada euros. En la encuesta de ABTA, «de los que dijeron que reservaron más tarde de lo normal, el 25% citó las preocupaciones sobre el coste de vida como la razón, que fue el segundo motivo más común, detrás de pensar que conseguirán un precio más barato/mejor (32%)».
Reino Unido tiene una tradición consolidada de reservar sus vacaciones con mucha antelación, motivo por elque se celebra la WTM tan temprano. Así, «el 44% de los que tienen intención de viajar dicen que ya han reservado o han comenzado a reservar sus vacaciones en el extranjero para el próximo año».
Y otro dato curioso teniendo en cuenta que Ibiza (y Balears) quiere ser un destino sostenible y ya aplica la circularidad para lograrlo. Aumentan las personas que al planificar y reservar sus vacaciones tomaron «una o más decisiones teniendo en cuenta las implicaciones ambientales». De ahí concluye ABTA que «parece que no solo metemos en la maleta nuestras chanclas y protector solar cuando nos vamos de viaje, sino que también estamos adaptando nuestros hábitos de reciclaje» al lugar de destino: más de la mitad (52%) siguen las normas de reciclaje en su alojamiento, «la acción de sostenibilidad más común adoptada durante las vacaciones».
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