El Riksbank ha vuelto a recortar los tipos de interés, en este caso, en 50 puntos básicos, hasta dejarlos en el 2,75%, como se esperaba, «para brindar más apoyo a la economía y ayudar a que la inflación se estabilice en el objetivo». Además, el organismo sueco reitera que vendrán más bajadas.
«Si las perspectivas de actividad económica e inflación siguen siendo las mismas, el tipo de interés oficial también podría recortarse en diciembre y durante el primer semestre de 2025«, ha señalado en el documento, donde reconoce que, a pesar de que los agentes económicos esperan tiempos mejores en el futuro, todavía «hay pocas señales claras de recuperación».
Por ello, ha visto necesario recortar los tipos de interés algo más rápido de lo que se evaluó en septiembre: «Es importante en sí mismo que la actividad económica se fortalezca, pero también es una condición necesaria para que la inflación se estabilice cerca del objetivo».
Además, el Riksbank considera que, en la actualidad, la evolución económica «es difícil de evaluar, sobre todo en el exterior y, en particular, tras las elecciones estadounidenses».
«Existen riesgos relacionados con las tensiones geopolíticas, la política económica en el exterior, el tipo de cambio de la corona y la actividad económica en Suecia que pueden afectar a las perspectivas de la actividad económica y la inflación y dar lugar a una orientación diferente de la política monetaria», matiza el organismo.
El banco central de Suecia celebrará su siguiente reunión de política monetaria el próximo 19 de diciembre.
Los analistas de Oxford Economics esperan recortes de tipos consecutivos de 25 puntos básicos en las próximas tres reuniones (diciembre, enero, marzo) y que se alcance un tipo terminal del 2% a finales de marzo de 2025, lo que supondría un total acumulado de 200 puntos básicos de bajadas de tipos en menos de un año, el ritmo más rápido de flexibilización entre los bancos centrales de las economías avanzadas.
Destacan que «los riesgos de crecimiento siguen predominando, la demanda sigue siendo débil, la inflación se situará por debajo del objetivo y se necesita una flexibilización de la política para ayudar a estabilizar la inflación en el objetivo».