Cada vez que se cruzan saltan chispas en la cancha. Los duelos entre el Córdoba Futsal Patrimonio de la Humanidad y el Ribera Navarra se han convertido en un clásico para los blanquiverdes, que han tenido al equipo tudelano como vecino en la élite desde que ascendieron en 2019. Ya son cinco años de enfrentamientos que arrojan un mensaje claro: no es uno de los contrarios más accesibles. La visita al Pabellón Ciudad de Tudela (sábado, 18.00 horas) representa para los de Emanuel Santoro la seductora posibilidad de prolongar las sensaciones que les reportó la victoria en Vista Alegre ante el Manzanares (4-2) el pasado fin de semana. El resultado supo a gloria.
«Ha sido una buena semana de trabajo», ha indicado el entrenador argentino en las vísperas del largo viaje hacia la localidad navarra. La expedición tiene ahora más motivos para el optimismo, tras el descorazonador arranque con duras derrotas en las salidas frente a Osasuna Magna (7-2) y Jimbee Cartagena (4-0). «La verdad es que la confianza después del triunfo ante el Manzanares se ha notado en el día a día», aunque «estamos ya enfocados al partido que nos viene ante un rival muy duro y competitivo, en una pista que aprieta mucho».
Una curiosa estadística
Al Córdoba Futsal le va mejor fuera que dentro ante el Ribera Navarra, en cuya pista venció dos veces en cuatro visitas. La que debió ser la primera, en la temporada 19-20, no llegó a disputarse por la paralización de la competición ante la pandemia del covid. Después, se impuso dos veces: por 3-4 en la 20-21 (goles de Zequi, Jesulito, Saura y Perin) y por 1-4 en la pasada, con tantos firmados por Zequi, Perin, Guilherme y Muhammad Osamanmusa. Entre medias, dos reveses: 6-4 en la 21-22 y 5-4 en la 22-23.
Lo duro ha sido en casa. Los blanquiverdes no han sido capaces de sacar adelante ninguno de los partidos disputados ante el Ribera Navarra al calor del hogar en cinco cursos consecutivos: 3-3, 2-3, 2-2, 2-4 y 2-2. Quebrar esa racha será una cuestión que habrá que abordar en su momento. Ahora hay un test inmediato ante un rival «que también se ha remodelado mucho con respecto a la temporada pasada», resalta Santoro, quien subraya que el Ribera «viene de una serie de marcadores cortos, en partidos muy competidos en casa contra El Pozo, el Valdepeñas…», por lo que será peligroso.
La «mejor versión»
El Córdoba, que se desplaza en la madrugada del jueves, tiene previstas sesiones de entrenamiento en Tudela el viernes y el mismo día del partido. «Sabemos que tenemos que dar nuestra mejor versión si queremos puntuar en la pista del Ribera Navarra», advierte el técnico argentino, que insiste en su receta clásica para optar a la consecución del éxito. «Pondremos el foco en nuestras fortalezas, en seguir creciendo como equipo porque la categoría está muy igualada y el ganar o perder un partido te puede influir mucho tanto en la clasificación como en lo anímico«, apunta.
Asegura que van con «confianza plena en los jugadores y en el trabajo», porque «tenemos por delante un lindo desafío». El pleito tiene trascendencia. Aún queda mucha competición, pero los equipos se esfuerzan por marcar su territorio y alejarse de los dos puestos fatídicos que conducen a Segunda División: ahora los ocupan el Noia y el Wanapix Zaragoza, que todavía no conocen el triunfo. El Ribera tiene 3 puntos, en el puesto décimo primero, y el Córdoba suma 4, solo uno por encima. El equilibrio es máximo. Y por delante de los blanquiverdes, un ocupante sorprendente: el Barça, que ya lleva dos derrotas en cuatro citas. La Primera División de fútbol sala española es, definitivamente, un campo de minas.