El escuadrón VAW-123 envió el 9 de septiembre de 2024 dos de sus aviones E-2C Hawkeye AEW&C (Alerta Aérea Temprana y Control) restantes al “Boneyard”, la mayor instalación de preservación y almacenamiento de aeronaves del mundo, situada en la Base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan, en Tucson.

Este movimiento se enmarca en el proceso de transición del escuadrón hacia el modelo mejorado E-2D Advanced Hawkeye, que está previsto que finalice a mediados del 2025, de acuerdo con un comunicado público emitido por el comandante de la Fuerza Aérea Naval del Atlántico.

Los otros dos aviones E-2C Hawkeye que permanecen en el VAW-123 fueron transferidos al VAW-120, el Escuadrón de Reemplazo de Flota, con el propósito de contribuir a la formación de la nueva generación de pilotos Hawkeye.

Entre los pilotos seleccionados para volar uno de estos E-2C en su último trayecto hacia el 309º Grupo de Mantenimiento y Regeneración Aeroespacial (AMARG), en la Base de la Fuerza Aérea Davis-Monthan, Arizona, se encontraba el teniente Terrance Lawrence, del VAW-123.

El E-2C ha desempeñado durante más de 50 años un papel fundamental en las misiones de mando y control de la Armada. Desde 1973, el VAW-123 ha operado esta aeronave, utilizándola en una amplia variedad de operaciones, que incluyen acciones militares, búsqueda y rescate, control antidrogas, misiones de carácter humanitario y asistencia en desastres.

Esta fue la primera ocasión en que Lawrence tuvo la oportunidad de entregar una aeronave destinada al retiro, algo que valoró enormemente: “Fue una oportunidad única, no es algo que muchos aviadores pueden hacer. Fue un momento especial y me inscribí de inmediato”, expresó Lawrence.

La transición al E-2D emociona al VAW-123 tras despedida del E-2C

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Avión de alerta temprana aerotransportado Northrop Grumman E-2D Advanced Hawkeye.

La teniente Avesta Shwany, también piloto del VAW-123, fue quien llevó el segundo avión E-2C hasta el “Boneyard”, reflexionando sobre la despedida agridulce de su equipo en Norfolk.

“Ser parte de la última tripulación fue una experiencia cargada de emociones. Este avión trae consigo muchos recuerdos, especialmente de nuestro reciente despliegue en el mar Rojo”, expresó Shwany.

Para ella y su equipo, despedirse de este emblemático avión marcó el fin de una era y el inicio de su transición al E-2D. “Nos sorprendió lo emotivo que fue dejarlo atrás”, agregó Shwany.

Por su parte, el teniente Lawrence manifestó su orgullo por haber sido el último en pilotear un E-2C para el VAW-123. Como gesto simbólico, él y su tripulación firmaron el interior del avión como despedida. “Este avión tiene un significado especial, sobre todo tras esos nueve meses en el mar Rojo”, comentó Lawrence.

Antes de entregar la aeronave en la Base Davis-Monthan, los diez miembros de la tripulación se tomaron un momento para tocar el fuselaje en un último adiós.

El escuadrón también aprovechó la ocasión para recorrer el cementerio de aviones, donde se conservan más de 4,000 aeronaves, empapándose de la historia de la aviación. “Es un honor ser uno de los últimos pilotos en volar este avión”, reflexionó Lawrence.

Con el VAW-123 ya operando el E-2D, el VAW-116, escuadrón de la costa oeste de la Armada, se convierte en el último equipo de la flota que sigue volando el E-2C hasta su retiro. Lawrence, mientras tanto, espera con ansias pilotear el E-2D.

El E-2D Advanced Hawkeye: clave en alerta temprana y control aéreo

Un E-2D Advanced Hawkeye que será entregado a la Fuerza de Autodefensa Aérea de Japón es descargado en el puerto de la Estación Aérea del Cuerpo de Marines Iwakuni en Japón el 18 de octubre de 2022. (Lance Cpl. David Getz/Cuerpo de Marines de EE.UU.)

El E-2D Advanced Hawkeye (AHE) es la más reciente evolución de la serie E-2, la cual ha sido un pilar fundamental en las capacidades de alerta temprana y gestión de batalla aerotransportadas de la Armada de Estados Unidos durante muchos años.

Este modelo de última generación cuenta con un conjunto de mejoras avanzadas que lo hacen considerablemente más capaz y versátil que sus predecesores. Estas actualizaciones han sido implementadas para asegurar que la aeronave cumpla con las demandas de los conflictos modernos.

Una de las características más destacadas del E-2D es su radar de última tecnología, que, según la Armada, representa un avance de dos generaciones respecto a los modelos anteriores. Este sistema de radar mejorado extiende significativamente el rango de detección, ofrece una mayor resolución de los objetivos y mejora la precisión en el seguimiento.

Gracias a estas mejoras, el E-2D es capaz de cubrir grandes áreas tanto en mar como en tierra, optimizando la capacidad de la flota para mantener un conocimiento situacional preciso.

El aumento en el rango de detección y su capacidad para operar en tierra permiten que el E-2D actúe de manera eficiente en regiones costeras, brindando una cobertura esencial en entornos complejos donde pueden surgir amenazas desde diferentes dominios.

Estas capacidades extendidas de detección y seguimiento resultan vitales para la protección de la flota y la defensa de los intereses estadounidenses.

Una característica clave que distingue al E-2D es su función como un “mariscal de campo digital” en los cielos. A diferencia de sus antecesores, no solo transmite información, sino que también actúa como un nodo integrado de comando y control.

Esto lo convierte en una pieza clave para la gestión de múltiples misiones simultáneamente, ya sea coordinando operaciones aéreas, colaborando con fuerzas terrestres, apoyando en misiones de búsqueda y rescate, o sirviendo como un centro de comunicaciones en flotas dispersas.

El E-2D: capacidades multimisión y reabastecimiento aéreo

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El avión de pruebas no tripulado MQ-25 Stingray realiza su primer vuelo de reabastecimiento aéreo con un E-2D el 18 de agosto en el aeropuerto MidAmerica de Illinois. (Foto de Boeing)

Las múltiples capacidades del Hawkeye han demostrado ser esenciales en diversas operaciones, como las de interdicción de drogas, donde la coordinación entre varias agencias y recursos resulta crucial.

Entre las mejoras más importantes del E-2D se encuentra su “cabina de cristal” completamente integrada, junto con la incorporación de una pantalla táctica para el cuarto operador, lo que ofrece mayor flexibilidad a la tripulación, compuesta por cinco personas.

Este equipo incluye dos pilotos y tres operadores de sistemas de misión, con la posibilidad de que el copiloto actúe como cuarto operador, lo que permite ajustar las funciones de la tripulación según las necesidades cambiantes de la misión en tiempo real. Esto optimiza el potencial multimisión de la aeronave.

Un avance significativo para el programa E-2D es la integración de la capacidad de reabastecimiento en vuelo. Desde que alcanzó su Capacidad Operacional Inicial (IOC) en el año fiscal 2020, esta actualización ha transformado el perfil operativo del E-2D, extendiendo de manera considerable el tiempo que puede permanecer en la estación.

Con la capacidad de reabastecerse en pleno vuelo, el Hawkeye puede operar casi indefinidamente, estando solo limitado por la resistencia física de la tripulación y las condiciones de la aeronave. Este mayor alcance operativo permite una vigilancia más prolongada y misiones de comando y control durante periodos más extensos, cubriendo áreas de mayor tamaño y apoyando operaciones de larga duración.

Los modelos del E-2D AHE que están equipados con capacidad de reabastecimiento incluyen también diversas mejoras estructurales y ergonómicas. Estas incluyen asientos reforzados para la resistencia, sistemas de combustible mejorados, y nueva iluminación exterior diseñada para facilitar las operaciones en condiciones nocturnas.

En cuanto a las especificaciones técnicas del E-2D, tiene una longitud total de 17,2 metros y una envergadura de 24,2 metros. Está impulsado por dos motores turbohélice Rolls-Royce T56-A-427A, cada uno capaz de generar 5.100 caballos de fuerza.

Con una velocidad máxima superior a los 300 nudos y un techo operativo de 11.200 metros, el E-2D puede alcanzar con eficacia puntos estratégicos de gran altitud. Estas capacidades técnicas lo convierten en una aeronave ágil y eficiente para misiones de alto rendimiento.

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