El expresidente estadounidense Donald Trump lidera la carrera por la Casa Blanca, aunque aún no se han definido los estados clave que tanto pueden cambiar el resultado. Sin embargo, a las once de la noche en Washington y cinco de la madrugada hora peninsular española, Trump va por delante en seis de los siete estados conocidos como decisivos, con la única excepción de Nevada, que todavía no ha empezado a comunicar sus resultados. En 2020, Joe Biden se llevó seis de los siete estados clave, solo Carolina del Norte cayó del lado de Trump.

A esta hora, Donald Trump cuenta con 230 de los 270 delegados que necesita para hacerse con la presidencia y Kamala Harris reúne 210, según el recuento llevado a cabo por la agencia de noticias Associated Press, ya que no existen cifras oficiales a nivel nacional. Dependiendo de cómo evolucione, el conteo continuará este martes y podría seguir en los próximos días, hasta que uno de los dos consiga los 270 votos electorales necesarios para asegurarse la mayoría del colegio electoral.

El único estado clave ya claramente definido es Carolina del Norte, estado que suele votar republicano pero que en 2008 optó por el demócrata Barack Obama para liderar el país. Con aproximadamente el 89% de los votos contados, Trump se llevaría el estado por un ajustado 50,8% del total, frente al 48,1% de Harris, lo que supone una diferencia de apenas 100.000 votos. Cuando se actualizó por última vez este artículo, el recuento no había avanzado lo suficiente en ninguno de los estados bisagra como para determinar un claro ganador.

En los llamados estados azules -Pensilvania, Míchigan y Wisconsin, porque allí suele ganar el Partido Demócrata- los datos apuntan a una victoria de Trump pero por el momento muy ajustada, con diferencias de menos de 100.000 votos en los tres casos. En Georgia y Arizona la situación es todavía más justa, con100.000 votos de diferencia en el primer caso y 2.000 en el segundo. Los datos apuntan a que las posibilidades de Kamala Harris de ganar la presidencia son cada vez menores, pero aún no es imposible.

En el Congreso y el Senado se daba una situación similar, con los republicamos liderando ambas carreras y los demócratas perdiendo las esperanzas por momentos, puesto que muchos de los escaños que esperaban poder disputar han quedado lejos de su alcance. A esta hora, los republicanos ganarían la mayoría de asientos en disputa en estas elecciones del Senado -un tercio del total-, con 51 sobre los 42 que sacarían los demócratas. Si mantienen esa ventaja, ganarían control de la Cámara por primera vez en cuatro años. El partido de Trump también lidera la carrera por la Cámara de Representantes, con 176 escaños republicanos frente a los 135 demócratas.

Unas elecciones marcadas por los avisos de bomba

Los estadounidenses han acudido a las urnas marcando récords de participación, tanto en el voto anticipado como en el presencial de este martes. Más de 80 millones de personas votaron de forma anticipada, pero decenas de millones esperaron a votar en persona durante esta accidentada jornada, en la que los avisos de bomba han sido una constante en muchos colegios electorales de estados clave, como Georgia, Arizona y Míchigan. Ninguno fue real, pero algunos colegios electorales cerraron más tarde de lo esperado en consecuencia. Las autoridades han atribuido a actores rusos al menos parte de estas acciones.

Con todo, continúa sin conocerse el resultado de una de las elecciones presidenciales más importantes de la historia de Estados Unidos. Si gana Harris, sería la primera mujer que llega a la Casa Blanca, mientras que si lo hace Trump sería el primer presidente en 120 años que regresa a Washington tras haber sido rechazado en las urnas cuatro años antes.

Desde el inicio de la noche los primeros resultados han apuntado a que Donald Trump ganaría las elecciones: a las 9 de la noche, Donald Trump contaba con 111 delegados de los 270 necesarios para ganar las elecciones, frente a los 38 con los que contaba Harris. Aunque no se había hecho con ningún estado clave, Trump mostraba fortaleza tras ganar Florida por un margen mucho mayor al que consiguió en 2020.

Según esas primeras proyecciones, el expresidente se llevaría todos los delegados de estados previsiblemente republicanos como Alabama, Arkansas, Carolina del Sur, Florida, Indicana, Kentucky, Misisipi, Misuri, Oklahoma, Tennessee y Virginia Occidental, mientras que Harris se llevaba los de Connecticut, el Distrito de Columbia (Washington DC), Maryland, Massachusetts, Rhode Island y Vermont.

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