La sensación de tregua política por la catástrofe que ha arrasado por completo parte de la provincia de Valencia, afectando a otras comunidades y dejando en luto a un país entero, podría resquebrajarse. Alberto Núñez Feijóo recondujo su discurso para trasladar el mensaje de que “hay un antes y un después” con esta tragedia y que no queda otra opción que “arrimar el hombro”. También Pedro Sánchez pidió dejar a un lado la batalla política y centrarse en dar soluciones. Pero ahora, ante la idea de un plan de reconstrucción para la zona más afectada, ya se ha cruzado el debate de los Presupuestos Generales.
En Génova ven un “chantaje” el planteamiento de Sánchez, que vincula directamente las futuras cuentas públicas a lo ocurrido con la DANA. Desde el Palacio de la Moncloa lo dijo claramente: “Los Presupuestos son más necesarios que nunca. Tendremos que revisar el impacto sobre el déficit y buscar los vehículos en el marco de los Presupuestos”, explicó, reconociendo que trasladará esa presión al resto de grupos parlamentarios, incluido el PP: “Si había razones para aprobarlos antes, ahora son más necesarios que nunca. Pediremos el apoyo mayoritario de la Cámara”, afirmó.
Los conservadores quisieron despejar la duda dejando claro que “no aprobarán unos Presupuestos” que ni siquiera se han presentado. Pero lo que querían era zanjar el asunto.
En Génova recalcan que su propuesta -la que verbalizó Feijóo el lunes en una declaración institucional sin preguntas de los periodistas- es precisamente que todos los paquetes de ayudas se saquen del debate presupuestario. Y con esa idea seguirán trabajando para forzar que el Gobierno desvincule el plan de Valencia de las cuentas.
Antes de que se produjera la catástrofe el Ejecutivo estaba negociando con los grupos de manera discreta. La clave, en todo caso, pasaba por que se celebraran también los congresos de Junts y ERC este otoño. La necesidad de que los socios independentistas aclararen su liderazgo y estrategia es fundamental. Los primeros ya lo hicieron hace un par de semanas y los republicanos tendrán su cónclave a finales de mes. En el PP -a pesar de la fuerte oposición contra Sánchez por todos los frentes judiciales abiertos, tenían asumido que era muy probable que sacara los Presupuestos-. Y ahora, reconocen dirigentes de la cúpula, tras lo sucedido en Valencia, “todavía más”.
El PP considera que los socios terminarán apoyando a Sánchez, pero su intención sigue siendo presionar para que todos los paquetes de ayudas se hagan vía real decreto ley o en otra iniciativa que se vote en el Congreso, y fuera del proyecto de cuentas públicas.
Sería la manera de dar su apoyo -los conservadores quieren estar ahí- sin tener que asumir unos Presupuestos que, a su juicio, “irán en contra de la mayoría de políticas que defienden”. Por eso el PP tilda de “chantaje” la operación de unirlo todo.
Feijóo ya dijo el lunes que los votos del PP “estarían para que las víctimas reciban la ayuda suficiente para salir adelante” y “se reconstruyan los sectores productivos de las zonas afectadas”. De hecho, ese día el líder conservador habló de acordar “un plan Valencia” que pudiera tratarse de forma específica en el Congreso. Sánchez no recogió el guante, pero un día más tarde -este martes- anunció el plan de reconstrucción de la Comunidad Valenciana.
En Génova siguieron la comparecencia del presidente y a pesar de no tener agenda pública, no criticaron el paquete de medidas. Al contrario, algunos dirigentes del PP reconocen que “tras días de desaparición” Moncloa ahora se ha puesto al frente de la crisis. El ‘president’ de la Generalitat, Carlos Mazón, ha solicitado al Gobierno un paquete de medidas que superan los 31.000 millones, una cifra similar a todo el Presupuesto de la región del pasado ejercicio.
En los últimos días el PP ha evitado defender la figura de Mazón activamente, a diferencia de lo que hizo Feijóo la semana pasada. Aunque la tesis oficial sigue siendo que el Gobierno “se ausentó en los primeros días para dejar sola a la Generalitat y que se quemara solo Mazón con la crisis”, en Génova tampoco han emitido una defensa clara sobre la gestión del ‘president’ desde el pasado jueves.
Feijóo sigue defendiendo la declaración de emergencia nacional porque considera que la DANA cumple todos los requisitos de esa emergencia y, sobre todo, porque los conservadores quieren poner el foco en la necesidad de que haya una dotación de recursos centralizada y que una comunidad -ante una catástrofe de estas características- no debería “estar pendiente del nivel de alerta” para “saber si tiene que solicitar o si el gobierno envía directamente”. En Génova se hacen cargo del fuerte malestar social que apunta a que las administraciones se enredaron en la burocracia y en la incapacidad de coordinarse bien.