Romper la férrea ley del silencio es fundamental para acabar con el acoso en las aulas. Sin embargo, muchas víctimas no se atreven a denunciar su calvario. Además, hay testigos que ven todo pero no acorralan al acosador y muchas direcciones escolares siguen ocultando casos porque no lo saben gestionar bien. Si reina el silencio, nadie puede actuar. Sin embargo, más de la mitad de las víctimas de ‘ciberbullying’ (acoso virtual a través de móviles y otros dispositivos) no se atreven a contar su calvario. El secretismo es mayor que en el hostigamiento presencial: 55% frente a 38%. Lejos de ser ‘cosas de niños’, el ‘ciberbullying’ tiene consecuencias directas en la salud mental. El 21% de las víctimas y el 25% de sus acosadores han intentado quitarse la vida.

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