El precio del petróleo ha bajado y el valor de la divisa dólar ha subido ante las expectativas de que Donald Trump gane las elecciones presidenciales en EEUU. Los primeros conteos dan ventaja al candidato republicano frente a Kamala Harris y los mercados están reaccionando en consecuencia.
Por un lado, la divisa estadounidense se ha disparado, pasando de los 0,91 euros en la madrugada de este martes para miércoles (hora española), a los 0,93 euros al filo de las siete de la mañana. Ese aumento del valor del dólar ha afectado a gran parte de las materias primas, lo que tiene consecuencias en los mercados bursátiles. Los parqués europeos no abren hasta las nueve, a la expectativa de cómo leen el resultado estadounidense.
El barril de Brent ha agudizado su caída en la madrugada de este martes para miércoles (hora española), desde los 75,5 dólares que registraba a última hora de la tarde del 5 de noviembre -cuando las votaciones todavía no habían finalizado en la mayoría de los estados- hasta los 73,7 dólares que registraban en la mañana del miércoles -cuando ya los primeros escrutinios daban favorito a Trump-. La referencia del barril West Texas, por su parte, ha bajado desde los 72 dólares a los 70,8 dólares.
La posible victoria de Trump se presume que tendrá efectos sobre las políticas energéticas y climáticas que hasta ahora defendía la administración demócrata. La vuelta a la Casa Blanca del republicano, según ha ido defendiendo en campaña, podría relajar los aranceles y las restricciones al comercio de petróleo con Rusia, mientras incrementaría las tasas a los barriles iranís.
La OPEP tomó hace unas semanas la decisión de volver a rebajar el flujo de barriles en circulación, lo que encarece su precio. Decisión influenciada y retroalimentada por la escalada bélica que está teniendo lugar en Oriente Próximo y que amenaza con dificultar el suministro desde ciertos países. Lo que hasta ahora amenazaba con encarecer el precio. Todo ello, dado el abaratamiento que están ya insinuando los mercados sobre el producto estadounidense, podría forzar a los países de la OPEP a reconsiderar su decisión para no ver dañada su competitividad.