Trayectos que en circunstancias habituales podían realizarse en veinte, treinta o cuarenta minutos ahora pueden llegar a las dos horas o más. El desastre en las infraestructuras provocado por la riada del 29 de octubre, los cortes de carreteras para reparar los desperfectos junto a las restricciones de circulación provoca un caos circulatorio cada día. Agravado por la ausencia de transporte público que convierte las horas punta en un infierno.

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