«La suegra de una sobrina nuestra se salvó porque pudo levantarse a tiempo y subir al piso superior de su residencia, pero otras tres señoras fallecieron», relataba el lunes a última hora de la tarde a este diario, con mucho dolor, Carmen.
Esta mujer valenciana, que lleva 60 años residiendo en Mallorca con su marido Vicente, pudo reencontrarse y compartir las historias de supervivencia de sus familiares y allegados con otros paisanos en la misa por las víctimas de la DANA, que hace una semana castigó su tierra, organizada por la Casa Valenciana a Mallorca en la iglesia de Nostra Senyora dels Socors de Palma.
En los diferentes corrillos, a la espera de ingresar al templo, la frase más repetida era «lo importante es saber que están bien y ayudar en lo que podamos desde aquí». Este matrimonio natural de Bocairent, municipio de la provincia de Valencia, contó también la lucha por sobrevivir de tres sobrinos suyos.
«La riada les cogió por sorpresa a las seis de la tarde y se quedaron atrapados en el almacén de su puesto de trabajo. Han perdido sus coches, pero pudieron rescatarles al día siguiente», describieron.
Un primo de Carmen, José, también aportó el testimonio de un hermano suyo. «Ha estado tres días en Picanya limpiando una casa de barro y solamente quedó la familia con sus tres niños, las cuatro paredes de la casa y nada más. La madre, en una muestra de coraje, se consolaba diciendo: ‘estamos todos juntos y nos arreglaremos como podamos’», explicó este hombre nacido en Requena (Valencia) y que lleva 22 años viviendo en la isla.
Emotivos saludos y sentidos abrazos se sucedían ante la llegada escalonada de valencianos y valencianas residentes en Mallorca. Cada uno con su historia que contar, la de sus seres queridos, y que siguen, sin perder detalle, a través de los medios de comunicación y las veces que pueden contactar con ellos.
«Todavía se me pone la piel de gallina viendo recordando las imágenes de la riada en televisión. Tengo a todos mis hermanos, y mi marido los suyos, en Valencia», explicó otra mujer valenciana que también se llama Carmen. Esta señora, que ha pasado las últimas cuatro décadas de su vida en Palma junto a su esposo, explicó que este partirá hacia su tierra la próxima semana.
«El lunes mi marido se va a Valencia, por trabajo, pero ya se quedará para visitar a toda nuestra familia repartida entre Valencia, la Pobla y Gandia. Aunque hables por teléfonos con ellos, hasta que no les ves, no es lo mismo porque no te quedas completamente tranquila al saber que están realmente bien», confesó.
Prohens, Le Senne y Martínez
Entre los más de 200 asistentes a la misa, en la que participó en su oficio el obispo Taltavull, destacó una nutrida representación política encabezada por la presidenta del Govern, Marga Prohens; el presidente del Parlament, Gabriel Le Senne; el alcalde de Palma, Jaime Martínez; o el delegado del Gobierno, Alfonso Rodríguez. A la izquierda del altar mayor de la iglesia se colocaron tres coronas de flores de parte del Ayuntamiento, Parlament y Govern.