El primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, ha destituido este martes a su ministro de Defensa, Yoav Gallant, tras más de un año de guerra en la Franja de Gaza y en medio de un recrudecimiento de las hostilidades también con Hezbolá en Líbano.
Así lo ha anunciado el primer ministro israelí en una publicación en su perfil oficial en redes sociales, donde ha reconocido que en los últimos tiempos han surgido «brechas significativas» entre ambos que han derivado en diferencias a la hora de actuar.
Netanyahu ha confirmado que el Ministerio de Defensa pasará a manos de Israel Katz, quien hasta ahora ejercía como ministro de Exteriores y ha demostrado «sus capacidades y su contribución a la seguridad nacional» en el desempeño de sus diferentes cargos.
Por su parte, el ya exministro Gallant ha publicado un escueto mensaje en su perfil oficial en la red social X en el que ha subrayado que «la seguridad del Estado de Israel fue y será» su principal «misión» en la vida.
Derriban casas en el barrio palestino de Jerusalén
La municipalidad de Jerusalén, controlada por las autoridades israelíes, ha ordenado este martes el derribo de siete viviendas en el barrio palestino de Silwan, ubicado en Jerusalén Este, una de ellas propiedad de un activista que ya fue desmantelada en febrero.
El Centro de Información Wadi Hilwé ha informado de que las autoridades israelíes han movilizado varias excavadoras para demoler cinco viviendas propiedad de una misma familia, así como los domicilios del activista jerosolimitano Fakri abu Diab y de su hijo.
En total, han quedado desplazadas más de 30 palestinos, según ha señalado en redes sociales el centro, una ONG que se encarga de informar sobre la violación de los Derechos Humanos en Silwan, situado al sur de la Mezquita de Al Aqsa.
La vivienda de Abu Diab, ubicada en Al Bustan, ya fue derribada el pasado mes de febrero, si bien el activista pudo reconstruirla nuevamente. Estados Unidos condenó el paso y aseguró que obstruía «los esfuerzos para establecer una paz duradera» en la región.
El barrio lleva enzarzado desde hace décadas en una batalla urbanística con el Gobierno israelí, que allá por los años 70 se propuso construir un parque nacional alegando la importancia histórica de la zona, puesto que allí se encuentran importantes yacimientos arqueológicos para la historia del pueblo judío.
El Derecho Internacional considera ilegales los asentamientos en Cisjordania y Jerusalén Este. La Autoridad Palestina ha denunciado en numerosas ocasiones que la expansión de los colonos y el éxodo de la población palestina dificulta la solución de dos Estados.