La visita a Paiporta este domingo 3 de noviembre no se olvidará fácilmente en la Casa del Rey, y especialmente en el Servicio de Seguridad. La reacción indignada de decenas de personas ante la presencia de los reyes, de Pedro Sánchez y de Carlos Mazón llevó al límite a los responsables de la protección física del jefe del Estado.
Cuando el rey se negó a marcharse de Paiporta, tuvieron que gestionar el delicado equilibrio entre evitar agresiones al jefe del Estado y al mismo tiempo permitir que don Felipe y doña Letizia se acercaran a hablar, saludar y consolar a los vecinos del municipio valenciano.
Con la ayuda de agentes uniformados de la Guardia Civil, incluidos efectivos del Grupo de Reserva y Seguridad (GRS) especializados en control de masas, lograron formar un cordón de seguridad que contuvo a los más exaltados que atacaron con piedras y palos a la comitiva de autoridades.
En ese empeño de proteger a toda costa al rey, entre una lluvia de piedras, botellas, barro, palos y hasta algún cubo, y con decenas o cientos de personas que presionaban hacia esa cápsula de seguridad, participaron altos cargos y empleados de la Casa del Rey que acompañaban a Felipe VI y a doña Letizia, como hacen en otros actos públicos.
El jefe de la Casa del Rey, el diplomático Camilo Villarino; el jefe de Protocolo, el coronel del Ejército de Tierra Bernardo Lizaur; y distintos miembros del equipo de Comunicación pasaron a ser también improvisados escoltas, que con el cuerpo y los brazos trataban de impedir que los reyes fueran agredidos. También estaba con ellos el segundo jefe de la Unidad Militar de Emergencias, general de división del Ejército del Aire Fernando Carrillo. Muchos de ellos acabaron salpicados de barro, como los reyes.
Claro está, el peso real de la protección inmediata de los reyes lo asumieron los escoltas del Servicio de Seguridad de la Casa del Rey, que caminaban pegados a don Felipe y a doña Letizia sin perder de vista a las personas que les salían al paso, algunas muy exaltadas y ‘armadas’ de palas, escobas…
Entre quienes caminaban junto al rey, vigilaban la situación y le abrían paso se encontraba un hombre vestido con una chaqueta marrón y camisa de cuadros, y que llevaba colgada una mochila. No era un escolta más del rey. Se trataba de un general de brigada de la Guardia Civil: Miguel Herráiz, el jefe del Servicio de Seguridad de la Casa del Rey.
Según le cuentan a El Chivato algunos conocedores de los despliegues de seguridad que acompañan a don Felipe en actos públicos, no es para nada habitual, ni normal, que “a pie de calle” esté Miguel Herráiz. Su papel es el de dirigir y planificar los operativos, que ejecutan los escoltas del Servicio de Seguridad, principalmente guardias civiles.
Por eso, el ver en las imágenes de los incidentes en Paiporta a Herráiz ha llamado la atención a esas mismas fuentes. ¿Su conclusión? Que si el jefe del Servicio de Seguridad participó en el despliegue de protección de los reyes en la visita a Paiporta, es que en La Zarzuela ya temían que pudiera haber algún tipo de incidente.
ECD ya contó este lunes que desde Presidencia del Gobierno advirtieron a la Casa del Rey de que grupos de ultraderecha se estaban organizando para reventar la visita de los reyes, el presidente del Gobierno de España y el presidente de la Generalitat Valenciana a la zona afectada por la gota fría. Así lo avisaba un informe del Ministerio del Interior.
Pese a ese aviso, el rey Felipe insistió en que los reyes debían ir a hablar, saludar, apoyar y consolar a los damnificados por la catástrofe. Todas las instituciones del Estado debían hacerse presente, destacó después el rey, o como le respondió a una persona que le increpó en Paiporta: “Si quieres no vengo y me quedo en Madrid”.
Siguiendo con todo detalle esas conversaciones tensas del rey con vecinos de Paiporta y voluntarios, se encontraba en todo momento el general Herráiz, formando codo con codo con escoltas, guardias reales, guardias civiles y policías locales el cordón de seguridad en torno al jefe del Estado.
Herráiz aparece en las imágenes con la cara y la chaqueta salpicada de barro. Otros escoltas de los reyes acabaron sangrando, probablemente por el impacto de piedras u otros objetos lanzados.
Miguel Herráiz ha desarrollado casi toda su carrera como guardia civil en el Servicio de Seguridad de la Casa del Rey, donde ingresó en 1988, un año después de salir de la academia de oficiales.
Llegó a ser Jefe de Escolta y Jefe Adjunto de Seguridad. Fue el elegido por Felipe VI en 2017 como nuevo jefe del Servicio de Seguridad, cuando falleció el coronel de la Guardia Civil José María Corona Barriuso, quien ostentaba el puesto desde 2015.
El Gobierno de Pedro Sánchez ascendió a Miguel Herráiz de coronel a general de brigada en 2021, y le ha concedido tanto la gran cruz de la Real y Militar Orden de San Hermenegildo, como la gran cruz de la Orden del Mérito de la Guardia Civil.