Una semana después de que una riada arrasara con Paiporta, el agotamiento empieza a hacer mella entre los vecinos de este municipio valenciano. Los trabajos de limpieza y retirada de escombros avanzan muy lentamente, demasiado lentamente a juicio de los residentes, que denuncian que siete días después muchas calles continúan en el mismo estado en el que quedaron la noche del martes, cuando el barranco del Poyo desbordó y provocó la peor catástrofe natural de la historia de España. El cansancio también se puede percibir en el rostro de la alcaldesa, Maribel Albalat, quien ha estado trabajando al cien por cien y sin descanso desde el primer momento. La primera edil atiende a Levante-EMV para hacer balance de la situación en la que se encuentra el municipio. Admite que está «muy cansada, igual que todos los vecinos» y no oculta su preocupación por el estado anímico de los paiportinos. Así con todo advierte: «Nos vamos a parar de trabajar hasta que reconstruyamos Paiporta».

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