«Es imposible prever una lluvia como la de Valencia. Ninguna normativa puede tener valores de esa índole. Es una desgracia natural. Vivimos en una zona expuesta a inundaciones y con ello tenemos que convivir». Esta es la valoración que hace de la devastadora DANA de la pasada semana María José Moya, ingeniera de Caminos, Canales y Puertos y Profesora del Área de Hidráulica del Departamento de Ingeniería Civil de la Universidad de Alicante. Los destrozos se pueden minimizar algo, pero son inevitables con cantidades que superaron los 500 litros por metro cuadrado en unas pocas horas. Y el desarrollo urbanístico puede ayudar, o más bien complicar aún más, fenómenos como este.

Fuente