Los hospitales valencianos, especialmente los más cercanos a la zona cero de la tragedia, están ya preparados para asistir las enfermedades derivadas de la convivencia con el fango, restos orgánicos en descomposición y las heridas como consecuencia de los trabajos de limpieza en los municipios más afectados. Se está muy atento a la evolución de los problemas de salud pública; ayer mismo, se reunió hasta tres veces el grupo de expertos con miembros de la Conselleria de Sanidad y el Ministerio.
En principio, son dos los focos sobre los que se presta especial atención en estos momentos, como explicó ayer el conseller de Sanidad, Marciano Gómez, en una comparecencia pública. Son las enfermedades gastrointestinales, por el consumo de alimentos en mal estado o por agua contaminada; y las infecciones dérmicas, provocadas por cortes en los trabajos de limpieza; sobre todo, en caso de sufrir heridas abrasivas o corto punzantes. De no curarse inmediatamente o supervisarse por parte del personal sanitario, podrían causar problemas mayores. «Es importante acudir a los puntos de asistencia —, afirmó—. Solo para comprobar si, basándose en su cartilla de vacunación, se necesitara administrar alguna como la del tétano». Dosis disponibles, hay suficientes.
Los hospitales han sido prevenidos. En el de La Fe, donde la disponibilidad de camas está asegurada, el sábado se remitió al personal un protocolo de «Atención inicial al paciente con infección aguda en situación de inundación» con cuatro grupos de enfermedades: infecciones cutáneas, respiratorias, gastrointestinales y otras transmitidas por vectores. Estas últimas preocupan menos; por el momento.
Situación cambiante
«La situación es dinámica y cambiante», aseguró Gómez. Y, por eso, desde el grupo de respuesta inmediata sanitaria, siguen la evolución de los escenarios con el «criterio de los técnicos» especializados y «experimentados». Lo cierto es que Sanidad está insistiendo mucho en transmitir las recomendaciones de salud pública a la ciudadanía, a pesar de que el miércoles el president Carlos Mazón aseguró que no había «tanto riesgo de insalubridad» al haber «corrido el agua». Sin embargo, ayer, Gómez consideró que Mazón «no se precipitó» porque la «situación es cambiante» y, en ese momento, preocupa la reapertura de los 57 centros de salud afectados. Ahora, son solo diez los clausurados.
Entre las recomendaciones, insisten en participar en las labores de limpieza protegidos con mascarilla —ha enviado 800.000 a los municipios afectados—, con mangas y perneras largas, protección ocular y calzado adecuado.
Más de 23.000 disponibles voluntarios
El registro de voluntarios sanitarios ya cuenta con 23.000 personas inscritas a través del formulario web habilitado el viernes, tres días después de la tragedia. A lo largo del día de ayer, se informó a todos los inscritos con un mensaje de texto señalando que se les avisará en caso de necesitarlos.
Los primeros en ser movilizados son los de la propia conselleria. Están trabajando en un centro de atención telefónica en La Fe —se ampliará al Peset y el General—, donde se recopila información con personal y un asistente virtual.