Iago Fernández es un chaval de Ribadeo de 18 años. Acaba de volver de Valencia adonde se fue este puente de Santos con su 4×4 cargado de la solidaridad de los vecinos. Fue con un chico de Asturias que tiene aquí un gimnasio, pero allí se dividieron, siguiendo órdenes de las autoridades, porque ninguno de los dos conocía la zona.
Iago se puso bajo las órdenes de la Guardia Civil, que agradeció su presencia y colaboración. Le mandaron a determinados puntos a llevar productos de primera necesidad, a Paiporta, Benetúser, e iba acompañado de un chico de Valencia que conocía la zona. Explica que empezaron un poco a ciegas pero en cuanto se coordinaron pues todo bien.
Iago tenía los conocimientos necesarios para conducir el coche y el otro chico los precisos para llegar a los lugares que les indicaban. El coche se dirigía primero a unos puntos para recoger suministros y luego a las zonas de destino para repartirlos. Además su vehículo llevaba una luz azul y las fuerzas de seguridad le daban prioridad de paso.
Lo que vio le dejó helado: «Valencia está fatal, es como si fuera una zona de guerra sin armas, prácticamente. El ánimo está muy mal y luego fue llegar a Paiporta el presidente del Gobierno y todavía estar peor el ánimo y más crispación».
Estuvo hablando con «un chico al que se le acababa de llevar la casa, las cenizas de la abuela y el coche; en tres horas se había quedado sin nada. Yo creo que no hay palabras para describirlo».
UN GRANITO DE ARENA
Al llegar allí vio que el contingente de ayuda que él llevaba en su vehículo 4×4, y el remolque asociado, apenas era «un granito de arena» en comparación con lo que está enviando toda España, se dio cuenta de que lo que más necesitaban era el 4×4.
Explica que llegaron camiones de toda España, veinte furgonetas cargadas de Madrid, llegaba ayuda de todo el país, «lo que llevábamos nosotros fue un granito de arena, que sí que ayudó pero lo vital fue el vehículo». Se dio cuenta de que en las condiciones en que está la zona, lo más necesario son vehículos que puedan acceder a lugares difíciles, por caminos intransitables.
QUIERE VOLVER, CON MÁS AYUDA
En el camino de vuelta desde Valencia se le averió su vehículo 4×4, pero nos confiesa que si un amigo le deja otro un poco más potente volverá. Pero quiere hacerlo de un modo más organizado y con un grupo de gente con furgonetas donde puedan cargar mucha más ayuda humanitaria. Luego ya en la zona el todoterreno servirá de enlace para llevar la ayuda desde las furgonetas a los puntos necesarios. Pero antes de todo llamará a Valencia para cerciorarse de que sea necesario.
abandonados
Nos cuenta que los valencianos se sienten abandonados y desamparados por los gobiernos. Sobre todo «se sienten muy arropados por los españoles en general, de fuera y dentro de Valencia, pero se sienten muy desacompañados, muy desarropados por el Gobierno Regional y, sobre todo, por el Gobierno Central».