La derecha y la ultraderecha han tratado de vender ‘su’ relato de que los altercados del domingo en la visita a Paiporta del Rey Felipe VI, el presidente del Gobierno Pedro Sánchez y el presidente de la Generalitat, Carlos Mazón, iban dirigidos solo contra Sánchez. Pero como dice el refrán: se pilla antes a un mentiroso que a un cojo. Así, en la comparecencia del presidente valenciano, como no sin preguntas de los periodistas no vaya a ser que le saquen los colores una vezz más, había varias personas en la puerta del Palau de la Generalitat gritando «Mazón, dimisión». ¿Y qué han hecho desde presidencia? Pues cerrar las puertas del Palau a cal y canto para evitar que los gritos se colaran en la comparecencia. A ver, lector, que es que los gritos quedan feos en la tele. Mazón, cuya gestión está siendo tan sumamente nefasta que hasta el presidente de su partido Alberto Núñez Feijóo ha pedido que se traspase el mando del asunto al Gobierno Central, ha demostrado la clase de líder político que es. Un líder que no se atreve a escuchar críticas. Un líder que le cierra, literalmente en este caso, las puertas en las narices a la ciudadanía. Un líder cuya gestión del desastre de la DANA, que ya deja más de 200 muertos, ha obligado al general al mando de la UME ha realizar una comparecencia que, si el presidente llega a ser Puig, hubiera desatado las iras de todos y cada uno de los medios de derecha y ultraderecha. Comparecencia berlanguiana Vivir en directo la comparecencia ha sido de guión de Berlanga. Primero, porque recordaba a los mejores tiempos de Mariano Rajoy y su querido plasma, pero en vivo y en directo. Segundo, porque el ‘cada vez menos’ Honoratble no se atreve a enfrentarse a las preguntas de los medios de comunicación, y ha salido a lo Isabel II tras la muerte de Diana de Gales en una comparecencia que asumo que pretendía que fuera lacrimógena y empática, pero que lo que ha terminado siendo es desastrosa y ridícula. Es que para lo que ha dicho: básicamente cuatro anuncios y luego pedir, pedir y pedir, ya podía haber enviado una nota de prensa y haber dejado que los profesionales de los medios de comunicación hagan lo que de verdad deberían estar haciendo, que es dar voz a los afectados, y no estar esperando más de dos horas para escuchar cuatro anuncios y no poder preguntar lo que de verdad les interesa a los ciudadanos. Vuelvo a repetirlo, ha tenido a la prensa haciendo el bobo en lugar de atender a los afectado. A los mismos afectados que él les ha cerrado la puerta en su cara. Ayer y hoy se le llenaba la boca loando al Felipe VI por su entereza al tratar de dialogar con la gente que les insultaba en Paiporta, pero él no ha sido capaz ni de soportar escuchar de fondo los gritos de «Mazón, dimisión». Pues una…
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