Con varios municipios arrasados por los efectos de la DANA, el barro inundando casas y calles y con miles de coches apilados dejando una estampa apocalíptica en la comarca de l’Horta, hay quien aprovecha la tragedia para hacer negocio.
Tal como ocurrió con la pandemia, cuando la gente arrasaba con el papel higiénico apenas abiertos los supermercados, el agua embotellada se ha convertido en el producto estrella de las estanterías de los establecimientos ante la falta de suministro en buena parte de las localidades afectadas o las restricciones de otros, además de la histeria colectiva. Garrafas, los tradicionales packs de seis botellas, tanto de litro y medio o de 33cl, vuelan al instante, manteniendo más o menos los precios.
Pero cuando las existencias del punto de compra habitual se agota, el vecindario busca alternativas, aunque se pague a precio de oro. “Un pack de agua de seis botellas me ha costado siete euros en el ultramarinos de la esquina”, relata un vecino de Torrent.
Los productos de limpieza
Además de los productos de primera necesidad, los utensilios de limpieza se han convertido el otro objeto de demanda ciudadana de los voluntarios. Escobas, cepillos o palas se van agotando en horas de los comercios, sobretodo, en las típicas de multiprecio de los pueblos no afectados por la DANA, mucho más a mano que grandes almacenes de construcción.
Y de nuevo de la necesidad, no virtud sino negocio. En un establecimiento de Torrent una vecina llegó a pagar este sábado 28 euros por dos escobas (al menos esa es la referencia), a 13,99 cada una.