La Real Sociedad venció este domingo con absoluta comodidad en el Sánchez-Pizjuán al Sevilla, al que da alcance en la clasificación, un partido que dominaron los visitantes de principio a fin y que resolvieron con un gol en cada periodo, anotados por Take Kubo y Oyarzábal, este de penalti.
El dominio ultrajante de la Real Sociedad en la primera media hora fue más territorial que eficaz, ya que su monopolio de la posesión, frente a un Sevilla asfixiado por la presión, no se tradujo en más ocasiones que dos remates contra su propia portería de Juanlu y Gudelj en sendos saques de esquina.
La primera acción ofensiva trenzada de los donostiarras permitió abrir el marcador a Take Kubo, quien convergió desde la derecha para ejecutar un zurdazo raso tras burlar la marca de Pedrosa y a punto estuvo el nipón, poco después, de asistir a Oyarzábal para el 0-2 que evitó una oportuna intervención de Marcao.
En todo el primer periodo, los sevillistas sólo se asomaron en una ocasión por los dominios de Álex Remiro, en el tiempo de prolongación, cuando Carmona arremetió por el costado derecho y sirvió un pase interior hacia Isaac Romero, que tardó demasiado en armar su disparo permitiendo así el cruce de Zubeldia.
Lukebakio intentó alguna escaramuza al regreso del vestuario, cuando el Sevilla subió la línea de presión, y estuvo cerca de empatar con un tiro que se fue alto por poco tras dos recortes en el área, pero el que encontró el gol fue el equipo visitante desde el punto de penalti.
Zubimendi se descolgó en conducción hasta el mismo borde del área local, donde Marcao lo frenó en seco poniéndole el antebrazo en la garganta, una imprudencia del brasileño que el árbitro castigó tras consulta en el VAR y que Oyarzábal, de tiro raso, convirtió en el 0-2.
En el tramo final, con los visitantes entregados a un descarado sesteo, el Sevilla dispuso de dos oportunidades para acortar distancias, un cabezazo franco de Isacc, tras preciso centro de Pedrosa, que se marchó alto y un robo de su sustituto, Iheanacho, que se anticipó a Remiro pero no pudo cruzar su disparo a puerta vacía.