El cierre de las zonas más afectadas por la DANA y las restricciones a la movilidad decretadas anoche para limitar el acceso de personas a pie a puntos como Paiporta, Aldaia o Picanya no han impedido que miles de personas se encuentren cruzando los diferentes puentes que atraviesan el nuevo cauce del Turia para continuar con las tareas de ayuda.
La Generalitat Valenciana ha decidido limitar el tránsito de personas en nueve de los municipios más afectados por la DANA durante la jornada del domingo, 3 de noviembre. De este modo, la ciudadanía no podrá transitar ni desplazarse por los municipios de Aldaia, Alaquàs, Picanya, Sedaví, Paiporta, Massanassa, Catarroja, Beniparell, Alfafar, Benetússer y Albal. Pero eso es lo que dice el Diari Oficial de la Generalitat, porque los pasos que conectan València con estas localidades dicen lo contrario.
Desde primera hora del domingo, se están repitiendo las escenas de voluntarios con las botas puestas y manchas visibles de barro carguen escobas, cubos y alimentos para echar una mano. Eso sí, en vez de hacerse por la pasarela ciclopeatonal que hasta la fecha se había erigido como el principal punto de paso, son otros los pasos que han ganado protagonismo.
«Si no han actuado ellos a tiempo, ¿por qué tenemos que hacerles nosotros caso?», comenta un grupo de jóvenes que proceden de Orriols que acuden por tercera vez a ayudar a amigos y familiares que tienen en la zona afectada por las inundaciones y que hoy están atravesando a l’Horta Sud por la CV-400 ante la prohibición de cruzar por la pasarela ciclopeatonal.
También se quejan de la falta de información que se ha dado al respecto. Les han dicho, según ellos mismos exponen, que como vienen los reyes «no quieren gente por ahí» o por cuestiones como la meteorología, con una alerta amarilla que ayer por la noche subió a naranja y deja, de momento, el cielo teñido de gris, pero sin ninguna gota de agua. El conseller de Infraestructuras, Vicente Martínez Mus, justificó en la noche del sábado que se hacía para no colapsar el paso de las emergencias y por posibles problemas con la lluvia.
«Cuando llegas a la pasarela peatonal, no te dejan pasar y te mandan hacia la CV-400… y desde ahí ya puedes llegar a todos los pueblos», explica una de las voluntarias que ha conseguido llegar a Alfafar. En Picanya tampoco se están notando las restricciones a la movilidad de personas. «No se ha decretado un estado de alarma, no pueden impedir el paso a la gente», señala otro grupo de jóvenes indicando su intención de pasar aunque los hubieran parado. Si bien, la Generalitat se basa en el nivel 2 de emergencia para poder restringir accesos.
También cruzan por la CV-400 Jaime y María, que van desde Russafa. El día anterior fueron por la pasarela ciclopeatonal, pero les han desviado. Van a ayudar a familiares. Ven «comprensible» que hayan tratado de restringir el paso, pero señalan que las instituciones «no han hecho lo suficiente» y que la ayuda de la gente «sigue siendo necesaria» y que por eso, pese a conocer el decreto, han acudido.
Misma sensación que Raquel y Teresa, que también acuden procedente de Valencia. Su decisión de acudir se debe a que han visto en la predicción meteorológica que no va a llover hasta las 5 de la tarde por lo que su intención es ir a ayudar y regresar antes de la tarde. También se unen a los comentarios sobre el por qué de la prohibición y la poca operatividad que ha acabado teniendo, visto que de nuevo la solidaridad sobrepasa cualquier decreto.