La transmisión de infecciones y la ingesta de alimentos en mal estado son dos de las cuestiones que más preocupan a la dirección general de Salud Pública de la Conselleria de Sanidad. De hecho, como ha podido saber Levante-EMV, el departamento de Marciano Gómez tiene preparados varios escenarios en materia de salud pública, cuyas acciones desplegará dependiendo de la evolución de la situación. «El principal reto es prevenir los problemas derivados de la falta de limpieza«, explican las fuentes consultadas por este periódico.
El control epidemiológico es el objetivo del grupo sanitario anunciado anoche por el president Carlos Mazón; habrá otros cuatro encargados de otras áreas. Es una preocupación que el propio conseller de Sanidad, Marciano Gómez, transmitió a los representantes sindicales en la reunión mantenida ayer por la mañana.
Heridas y traumatismos
Más allá de los posibles problemas por la acumulación de fango y agua estancada, en contacto con cuerpos o materia orgánicas en descomposición, Sanidad está preocupada también por la gran cantidad de gente que está encerrada en domicilios con enfermedades crónicas. La vuelta progresiva de las conexiones de agua y luz en la mayoría de las zonas afectadas podría haber ayudado a paliar problemas mayores en cuestión de salud pública.
En adición, preocupa la atención a los voluntarios heridos porque es elevado el número de personas con cortes o traumatismos como consecuencia de accidentes en las labores de ayuda; resbalones en el barro es el ejemplo más claro. En varios hospitales, como en Manises, se está atendiendo a gente con heridas, algunas de ellas graves y que requieren ingreso hospitalario.
«No podemos permitirnos quitar asistencia a a los afectados que la puedan necesitar —, explica Óscar Zurriaga, profesor del departamento de Medicina Preventiva y Salud Pública de la Universitat de València—. Quien no esté en condición de ayudar por su estado físico, que no se sume a las labores«. Ayer, un hombre tuvo que ser atendido por una afección cardiovascular como consecuencia del esfuerzo realizado.
En este sentido, Sanidad lanzó ayer a través de las redes sociales una guía de recomendaciones de salud pública. Entre las principales recomendaciones, están el uso de guantes y mascarillas y el vestirse con ropa de manga larga para cubrir la mayor superficie cutánea posible. El objetivo es evitar las heridas, que podrían infectarse, y la inhalación de los productos químicos disueltos en el agua, como la gasolina de los coches o el aceite Es recomendable, también, para evitar la transmisión de las enfermedades por vía aérea. «Los olores no se ven, pero están ahí ; sobre todo, en los garajes cerrados durante mucho tiempo», añade Zurriaga. Ayer mismo, 19 voluntarios fueron atendidos por intoxicación en Chiva, al estar realizando labores de limpieza en un garaje anegado por el fango y el lodo. Siete de ellas tuvieron que ser trasladadas al hospital con los equipos del SAMU.
Limpiar barro o llevar víveres
Frente a la ola de solidaridad, responsables sanitarios están realizando un llamamiento a los voluntarios que están acudiendo por su cuenta a ayudar a las zonas más afectadas por la Dana en València para que ayuden llevando víveres y agua, pero que no se dediquen a la limpieza de barro y al movimiento de vehículos o mobiliario destrozado si no llevan equipamiento o están preparados para ello.
Las mismas fuentes advierten de que las heridas provocadas por estos traumatismos podrían venir acompañadas por diferentes infecciones graves al estar en contacto con el lodo y diferentes desperdicios arrastrados que llevan ya varios días acumulados en estos municipios.
Asimismo, recuerdan que deben ser los militares, que ya hay 2.500 desplegados en la zona más otros 5.000 anunciados ayer por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ‑como respuesta a la petición realizada por el president de la Generalitat, Carlos Mazón, los que han de encargarse de esas labores, puesto que contarán con los equipos y la experiencia necesaria para llevar a cabo estas tareas.