La Policía Nacional ha intentado revisar el interior del Centro Comercial Bonaire, en Aldaia, donde se sospecha que puede haber víctimas mortales, con el más pequeño de los drones de los que dispone la Unidad Aérea del cuerpo. La razón es simple: es el único que por sus características y tamaño puede volar con ciertas garantías en el estrechísimo hueco que todavía hay entre el techo del aparcamiento y la lámina de agua que anega el sótano. Asimismo, los buzos de los bomberos están preparándose para bajar al aparcamiento e inspeccionar de primera mano su estado.
De hecho, han tenido que suspender las labores de rastreo con el dron por las corrientes de aire que generan turbulencias que provocan que el aparato corra el riesgo de quedar averiado si cae al agua o se choca contra alguna de las columnas o paredes del recinto. Esas corrientes de aire que giran en todas direcciones están siendo generadas porque el aparcamiento dispone de cuatro entradas de vehículos a las que se suman dos peatonales. Entra viento por todas ellas, que genera olas dentro del parking.
Ese pequeño hueco abierto tras 24 horas de desagüe por diez bombas de diferentes tipos y organismos se ha conseguido generar tras lograr la evacuación de alrededor de un 40 por cien del agua acumulada en el parking, según estimaciones de lo bomberos de la Diputación de Salamanca, que se incorporaron a las labores de desagüe a las 7 horas de ayer sábado. Restaría por desaguar todavía alrededor del 60 por ciento del agua acumulada en el parking.
Ahora se han incorporado bombas de gran tamaño, lo que permite aventurar que se agilizarán las labores de drenaje aunque aun así es posible que las labores se prolonguen durante otras 48 horas. En estos momentos lo que está saliendo es agua, pero a partir de cierto momento lo que quedará es fango, cuando solo serán aptas bombas para sacar líquido con esa densidad. En cuanto el dron pueda volver a entrar tratará de certificar si la sospecha de que puede haber un número alto de víctimas mortales es cierta o no.