Israel ha sido el frente de batalla de Occidente contra las fuerzas oscuras, prácticamente desde su creación como Estado. Durante el apogeo de la Guerra Fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética comunista, Israel utilizó armas estadounidenses para derrotar a los ejércitos árabes armados por los soviéticos. Las victorias de Israel dieron prestigio y ganancias a las industrias aeronáuticas estadounidenses. La experiencia militar y la inteligencia israelí, que compartió con Estados Unidos, le proporcionaron una ventaja considerable frente a sus adversarios rusos y chinos. Israel ha reforzado la defensa de “seguridad dura” de Estados Unidos mediante la cooperación antiterrorista, el intercambio de inteligencia y el desarrollo de innovaciones como los vehículos aéreos no tripulados (UAV) y la defensa antimisiles. Israel también ha aportado a la “seguridad blanda” de Estados Unidos con avances en los sectores de alta tecnología, medicina y sostenibilidad, ayudando a mantener la competitividad económica estadounidense y promover el desarrollo sostenible. La comunidad tecnológica israelí, solo superada por Silicon Valley, y su cooperación con empresas estadounidenses de tecnología de la información han sido claves para su éxito. Tras la caída de la Unión Soviética, las fuerzas oscuras del islamismo radical amenazaron al mundo civilizado. Los europeos optaron por apaciguar al régimen radical chiíta de los ayatolás en Irán. En cambio, Israel ha mantenido una firme oposición a la red terrorista de Irán y a sus aliados islámicos, entre ellos Hezbolá, Hamás, los hutíes de Yemen y las… Leer más

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