Galicia goza en la actualidad de uno de los audiovisuales más en boga del Estado. Las Medallas de Galicia, entregadas este año al actor Luís Tosar, la productora Zaza Ceballos y la Academia Galega do Audiovisual, han querido remarcar su papel como sector estratégico en la comunidad. Pero la historia de cómo se ha llegado aquí empezó hace 128 años, en concreto el 2 de septiembre de 1896. Esa es la histórica fecha en la que se inició el cine en Galicia.
Fue en la ciudad herculina, en el Circo Coruñés, donde se celebró la primera proyección pública de imágenes en movimiento, un evento sin precedentes que vendría a revolucionar el entretenimiento en Galicia. Esta sesión pionera, promovida por los empresarios Pedregal y Ramos, presentó a los asistentes el “cinematógrafo”, que en realidad era un animatógrafo.
El invento de los Lumière llegaría tan solo un año después, en 1897, a Santiago de Compostela. El Teatro Principal acogió la proyección con el cinematógrafo de Alexandre Pais de Azevedo e Lima, un actor y empresario portugués, que hizo escala en la ciudad. Era una de las paradas programadas de la “maravilla del siglo”, una gira que recorrió las siete ciudades gallegas permitiendo que muchos viesen por primera vez escenas animadas en la pantalla.
La primera sesión de cine en Galicia
El Circo Coruñés fue el primer espacio gallego en mostrar imágenes en movimiento al público. Este emblemático recinto, con capacidad para cerca de 2.000 espectadores, fue el escenario elegido. Como relata Rubén Ventureira en «Así naceu o cinema en Galicia» (Revista Luzes), la sesión inicial estuvo reservada a autoridades y periodistas. Al día siguiente, el 3 de septiembre, comenzaron los pases generales, con una entrada de una peseta que permitía al público disfrutar de las innovadoras “vistas” cada media hora, desde las 20:30 hasta las 24:00 horas.
Los periódicos locales recogieron la fascinación generalizada, describiendo el nuevo invento como «fotografías en movimiento, ampliadas por una poderosa gafa y proyectadas sobre una superficie blanca». Este animatógrafo, traído posiblemente desde Inglaterra, proyectaba imágenes del británico Robert William Paul, cuya tecnología fue fundamental para el desarrollo del cine europeo.
Las primeras películas proyectadas en Galicia
En aquellas históricas primeras sesiones, los asistentes pudieron disfrutar de un programa variado de ocho cortometrajes, o “vistas”, como se les conocía de aquella. Entre las más destacadas estaban ‘Llegada del Express a la estación de París‘ y ‘Carreras de caballos‘ del gran premio en Londres, que causó una gran impresión por su recreación de las carreras hípicas.
Otras vistas incluían ‘Preciosa marina con figuras y embarcaciones‘, que mostraba el desembarco de pasajeros en una playa, y ‘Movimiento de carruajes sobre el puente del Támesis‘, que capturaba el bullicio de Londres.
Estos primeros filmes, procedentes del catálogo de Robert W. Paul, tenían una duración máxima de un minuto y mostraban escenas cotidianas que impactaban por tratarse de imágenes en movimiento. Esta colección permitía a los espectadores transportarse a Londres y París, algo casi inimaginable en una época en la que la tecnología audiovisual apenas comenzaba a dar sus primeros pasos.