El mundo no vota en las elecciones de Estados Unidos, pero su desenlace determinará el rumbo del planeta en los próximos años. No solo por las posturas tan dispares que Donald Trump y Kamala Harris mantienen en numerosos ámbitos, sino por la rápida transformación del orden internacional de las últimas décadas. Tanto la democracia como la globalización están en serio retroceso, asediadas por las abismales desigualdades económicas. El nacionalismo sigue ganando terreno y el mundo se rearma. Proliferan los conflictos armados sin que las instituciones multilaterales sean capaces de detenerlos. Y la tradicional hegemonía de EEUU está dando paso a una multipolaridad marcada por la rivalidad entre grandes potencias, la formación de bloques y el protagonismo creciente de las potencias medias. La autoridad que Washington proyectaba se está rápidamente evaporando.

Fuente