Es muy curioso lo del Palma Futsal. Lleva un rosco de títulos a nivel nacional y, en cambio, ha completado un pleno de trofeos a nivel internacional. Todas sus participaciones en la Champions League y en la Copa Intercontinental han acabado de la misma manera: alzando el trofeo y ofreciéndoselo a sus aficionados.
Está al alcance de muy pocos a nivel deportivo, sobre todo porque es un equipo imbatible cuando compite en Europa y en el mundo. Después de 19 partidos en Champions ha ganado 14 y han empatado cinco. Son unos datos llamativos y espectaculares a partes iguales. En los dos encuentros de la Copa Intercontinental también ha vencido.
Los palmesanos debutaron por primera vez en la élite europea porque consiguieron ser subcampeones de la Liga. Una derrota en la final, en la que estaba en juego el título nacional, les llevó a viajar por Europa por primera vez desde que fuera fundado por Miquel Jaume en 1998.
Nadie se imaginó lo que el tándem Tirado -Vadillo lograría. Llegaba siendo uno de los máximos favoritos para conseguir los trofeos dentro de sus fronteras, pero la moneda siempre le salía cruz. Perdieron la final de la Copa del Rey en 2016, la final de la Liga en 2022 y también la de la Supercopa 2022.
Después de perder varias finales, empezó a ponersele cara de perdedor. De que, aunque lo hiciera todo bien, siempre le faltaría algo para ganar. Ese intangible. Ese gen ganador de las finales, como el Real Madrid. Tras perder en la eliminatoria final por la Liga, se le abrió la puerta a Europa. Empezó a superar fases hasta llegar a la Final Four. El ayuntamiento de Palma pidió ser sede de la última ronda antes de levantar el trofeo y así los de Vadillo se jugaron el título de campeón de Europa en casa.
Lo alzaron delante de sus aficionados en el Velódromo de Palma. Contra todo pronóstico superaron las semis ante el Benfica y la final contra el Sporting de Portugal en un desenlace agónico en los penaltis, donde Rivillos marcó el lanzamiento definitivo. Llegó la primera fiesta.
Ese premio le dio acceso a disputar la Copa Intercontinental y la segunda Champions League. Viajó a América para medirse al brasileño Cascavel, para luchar por el trono mundial. Otra vez se impusieron los mallorquines en los penaltis.
En su segunda participación en la máxima competición de clubes, regresaron a la final, aunque en Armenia. En una semifinal épica, ganaron al Benfica y se encontraron en la final con el todopoderoso Barcelona, al que vencieron por 1-5.
Y, como el año anterior, el sábado llegó la Copa Intercontinental para demostar que son los dueños mundial del futsal. Y en Champions, ya están en la Élite Round en su tercera participación…