La clasificación del Gran Premio de Brasil, vigésimo primera cita del calendario de Fórmula 1, ha tenido que ser cancelada por falta de visibilidad, después de más de dos horas de continuos aplazamientos por la gran cantidad de agua acumulada en algunas zonas del circuito de Interlagos a consecuencia de la lluvia.
Los pronósticos que apuntaban a la posibilidad de una fuerte de tormenta para este sábado por la tarde, se han cumplido y media hora antes del horario previsto para el inicio de la clasificación ha descargado una lluvia torrencial en el circuito de Sao Paulo y sus alrrededores. El coche de seguridad ha dado varias vueltas de inspección y la FIA ha ido demorando sucesivamente en comienzo de la acción, hasta que al final no ha tenido más remedio que cancelar la batalla por la pole, que deberá disputarse mañana domingo en sesión matinal.
Una de las razones ha sido la peligrosidad de la pista, con muchas zonas inundadas, pero además, después de muchos aplazamientos, la falta de luz natural hacía cada vez más difícil la visibilidad para los pilotos, que se entretenían como podían en el paddock y sus garajes durante la larga espera.
El problema añadido que se le presenta ahora a la FIA y la F1 es que mañana domingo también hay previsión de lluvia. Si finalmente no se puede completar la batalla por la pole, el orden de parrilla se establecería en base a Libres 1, a la espera de más detalles por parte del campeonato.
El CEO de la F1, Stefano Domenicali, ha agradecido la reacción de los aficionados brasileños y ha explicado que «no era seguro pilotar en estas condiciones. Ahora la FIA está haciendo la verificación de los pronósticos para ver qué a que hora se puede reprogramar esta clasificación».