En 1948 el psicólogo Bertram Forer realizó un experimento, conocido como el Efecto Forer, entre algunos de sus estudiantes. De manera individual, Forer intentó describir el carácter de cada uno de ellos basándose en la información de varios horóscopos para que, posteriormente, puntuaran la exactitud de esta descripción en base a su situación. El promedio de la valoración fue de 4,26 y, tras repetirla en varias ocasiones con estudiantes de psicología, la media seguía situándose en 4,2. Probablemente si este experimento se trasladara a cualquier grupo de amigos, familiares o conocidos, la puntuación sería bastante similar.
Tras el experimento, Forer concluyó que la gente tiende a aceptar descripciones personales vagas y generales como situaciones aplicables a ellos mismos sin darse cuenta que la misma descripción podría ser aplicada a cualquier otra persona. Este experimento es muy similar al contenido de los horóscopos que se puede leer en algunas revistas y periódicos. Cualquier persona puede sentirse identificada con el contenido de su signo zodiacal. Concretamente, unas cuantas frases pueden cambiar su percepción del día, la semana e, incluso, el mes.
Tendencia creciente
Aunque parecía que el horóscopo había pasado de moda, esta creencia ha vuelto a ganar adeptos entre la sociedad más joven. Decenas de jóvenes leen cada día, sobre todo, en redes sociales qué le depara su signo en el amor, el trabajo o la salud, por ejemplo. «Las descripciones que nos proporciona nuestro horóscopo están relacionadas con una personalidad muy general, por lo que todos nos vemos identificados con su contenido y, por eso, creemos que ha acertado», explica la psicóloga Karina Spaccapietra, quien reconoce: «Yo también leo el horóscopo porque puede ser una herramienta que nos puede servir». Y añade: «Soy acuario y siempre intento saber qué me depara».
El horóscopo tuvo su origen en la Antigua Babilonia (alrededor del año 500 A.C.) para establecer la posición en el cielo de diversos cuerpos celestes. Sin embargo, con el paso de los años, se ha convertido en una especie de interpretación sobre el futuro para proporcionar esperanza entre sus lectores. En este sentido, la psicóloga reconoce que existe «una tendencia» a creer en el horóscopo, sobre todo entre los adolescentes, ya que son personas que, en sus palabras, «están determinando su personalidad y esto les ayuda y les da respuesta ante la inseguridad que sufren». Aunque reivindica que puede ser un «instrumento útil, no debe convertirse en la base principal a la hora de tomar decisiones, sino que tenemos que tener en cuenta otros factores».
Conciencia humana
Por su parte, el astrólogo Sirio Simó se alegra de que las redes sociales e Internet hayan impulsado que «exista un interés más profundo por comprender la conciencia humana». Asegura, sin embargo, que el horóscopo es sólo una pequeña parte de la astrología, la cual, en sus palabras, es mucho más profunda.
En el caso de los jóvenes, afirma que «conocer su carta astral les permite comprender y saber quiénes son y, además, les ofrece respuestas y sugerencias útiles e interesantísimas en su camino hacia el autoconocimiento y la realización personal».
Simó, quien ha escrito varios libros sobre esta temática, recuerda que la astrología es uno de los conocimientos más antiguos de la humanidad, aunque, en los últimos años, «cada vez va contando con más seguidores en todo el mundo». Esto se debe, según la astróloga y psicóloga Ana Guaita, a la gran presencia de astrólogos jóvenes que «difunden esta práctica en las redes sociales con un lenguaje más sencillo y llamativo». Añade: «Mucha gente acude a los cursos de astrología con una base establecida, ya que han empezado a formarse y a indagar en páginas web porque les genera interés».
Herramienta psicológica
Aunque parezca extraño, algunos psicólogos utilizan la lectura de estas cartas astrales en sus consultas para ayudar a sus pacientes. «Si te conoces, sabes cuál es tu potencial, las cualidades que tienes o cuál es el mejor momento para iniciar un proyecto. Todo esto te ayuda a aprender más sobre ti», indica Guaita, quien reivindica que «esta herramienta se puede utilizar en las terapias. Puede ser compatible con cualquier otra profesión».
Por su parte, Spaccapietra añade que «la astrología y el horóscopo nos reconfortan porque intentan dar una explicación a lo inexplicable». «Es una herramienta útil, que puede ayudar en la consulta, pero no es la base de la terapia. Si la persona cree en ello, puede ser bueno, pero primero hay que trabajar con el paciente», concluye.