La Generalitat Valenciana, liderada por Carlos Mazón, rechazó en un primer momento la ayuda ofrecida por la Generalitat de Cataluña para participar en el rescate de los afectados por las devastadoras riadas registradas en la Comunidad Valenciana debido a la DANA.

Pese a que desde el primer día del desastre el presidente catalán, Salvador Illa, ofreció recursos de bomberos y equipos especializados, Mazón declinó el apoyo. Cabe destacar que, tal y como señala El Confidencial, esta negativa ha generado malestar en el seno de los cuerpos de emergencia de Cataluña.

Finalmente, tras días de incertidumbre y presión, el Centro de Coordinación de Emergencias valenciano autorizó el despliegue de bomberos catalanes. El convoy de 50 bomberos, procedente de l’Ametlla de Mar, incluye ocho camiones, dos vehículos ligeros y un equipo de especialistas en rescates, además de forenses y un odontólogo. El dispositivo trabajará en tareas de evacuación de agua, apertura de accesos y rescate de vehículos atrapados en las zonas más afectadas.


La polémica surgió cuando el Grupo de Actuaciones Especiales (GRAE) de los bomberos catalanes denunció que, pese a haberse activado para dirigirse a Valencia con un equipo completo, fueron obligados a regresar a mitad de camino por decisión del gobierno de Mazón. «No entendemos la decisión de no autorizar nuestra ayuda, especialmente ante la magnitud de la tragedia», expresaron en redes sociales, cuestionando que la Comunidad Valenciana aceptara ayuda de Asturias y Madrid, pero no de Cataluña, una región mucho más cercana.

Mientras tanto, Carles Puigdemont, líder de Junts, pidió públicamente la dimisión de Mazón, calificando de “negligente” la gestión del presidente valenciano y su actitud inicial al rechazar apoyo vital. En un mensaje en redes sociales, Puigdemont expresó su indignación por la demora y la descoordinación en la respuesta ante la tragedia: «La reparación a las víctimas, más allá de lo irreparable, deberá empezar por la dimisión de los responsables políticos que banalizaron los riesgos y que están gestionando la crisis de forma tardía, descoordinada e ineficiente. Menos mal de la gente, de los voluntarios y de los profesionales de los diferentes servicios que se activan en situación de emergencia, porque en estas circunstancias desdoblan su dedicación al prójimo. El temporal no era evitable, pero la tragedia humana que ha provocado sí lo era. Esto no debería haber pasado», indicó. 

Por su parte, la consellera de Interior de Cataluña, Núria Parlón, evitó polémicas políticas, afirmando que el objetivo era colaborar en la emergencia sin interferencias. Desde Cataluña, la ayuda se organizó a través del Centro Nacional de Seguimiento y Coordinación de Emergencias para evitar fricciones.

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