Las tensiones geopolíticas, la invasión rusa de Ucrania, la posibilidad de tsunamis políticos en EEUU y el compromiso de los países de la OTAN de elevar el gasto militar al 2% del PIB han vuelto a disparar el desembolso italiano en este sector. Otro año consecutivo, el Gobierno de Giorgia Meloni ha decidido incrementar -en esta ocasión, en un 7,3%- las partidas asignadas a la defensa y destinadas a la adquisición de material bélico en 2025.
En concreto, según datos extraídos por el Observatorio Milex de las últimas actualizaciones de la Ley de Presupuestos, Italia ha asignado 31.200 millones de euros a este rubro, una cifra récord en la historia de la República Italiana (desde 1946). Lo que representa también un considerable aumento comparado con, por ejemplo, 2016, cuando ese gasto no superaba los 20.000 millones. Estas cifras, además, harán que en los próximos tres años el 80% de las nuevas inversiones públicas se destinen a este sector, según cálculos de la prensa italiana.
Roma llegará así en 2025 al 1,58% del PIB destinado al gasto bélico (el plan es alcanzar la meta del 2% en 2028), con fondos que se retirarán de otros apartados, como la transición verde, la cultura, las infraestructuras y los transportes. Con otra importante novedad: se ha previsto que, de los 31.200 millones totales, unos 13.000 millones sean destinados a los productores de nueva tecnología bélica, según ha revelado esta semana el Milex, organismo encargado de monitorear el gasto bélico italiano.
Potencia bélica
Según documentos consultados por esa fuente, e incluidos en un análisis publicado en julio, el ministerio de Defensa italiano habría hecho en estos años listas de armamento de interés, entre ellos nuevos carros de combate Panther, baterías de misiles autopropulsadas de largo alcance Himars, simuladores de entrenamiento, cazas Typhoon, drones Astore, misiles aire-aire y bombas aéreas para los F-35B, misiles antibuque Marte para los helicópteros NH-90 y también un nuevo satélite Sicral para comunicaciones militares, entre otros.
Con todo, la decisión, aunque ya tomada, se ha encontrado con la denuncia de sindicatos y grupos ecologistas. “Es una decisión incomprensible, miope y autodestructiva”, han dicho once organizaciones, entre ellas el WWF y el sindicato CGIL, en una nota conjunta. “Es necesario invertir mucho más en transición ambiental y social para ir hacia una movilidad de cero emisiones”, han añadido.
Guerra del futuro
La información se produce también después de meses en los que ha habido en Italia diversas polémicas sobre los envíos de armas italianas a Israel, que continuaron después del inicio de las operaciones israelíes contra Gaza. De hecho —junto con Reino Unido, Alemania y Francia—, Italia es hoy uno de los principales fabricantes de armas de Europa, y en los últimos años los beneficios de este colectivo han crecido un 43%, según estimaciones.
Esto se debe especialmente a la firma italiana Leonardo, cuyas ventas alcanzaron los 13.000 millones de euros, de las cuales el 70% proceden de contratos firmados con Estados terceros (principalmente los países de la OTAN, Kuwait y Catar), de acuerdo con una investigación del grupo PULSE.
Los planes de las Fuerzas Armadas italianas tampoco vienen desde lejos, como atestigua el informe ‘Future Operating Enviroment post 2035’, publicado en 2019. En 2035, “la ventaja estará en la capacidad de llevar adelante enjambres de drones y robots, redes e internet de las cosas, realidad aumentada, criptografía cuántica”, explicaban en ese entonces los militares.