Las tensiones geopolíticas, la invasión rusa de Ucrania, la posibilidad de tsunamis políticos en EEUU y el compromiso de los países de la OTAN de elevar el gasto militar al 2% del PIB han vuelto a disparar el desembolso italiano en este sector. Otro año consecutivo, el Gobierno de Giorgia Meloni ha decidido incrementar -en esta ocasión, en un 7,3%- las partidas asignadas a la defensa y destinadas a la adquisición de material bélico en 2025.

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