El cielo despertó poco amenazante, pero aun así los avisos por la llegada de la DANA y las imágenes terribles que siguen llegando desde Valencia parece que han calado en la población de Palma, que no ha respondido a la llamada de Tots Sants como años anteriores. El cementerio de Ciutat ha registrado por la mañana menos afluencia que otros años y aquellos ciudadanos que sí se han acercado tenían un ojo en las lápidas y el otro en las nubes, que a las 12 del mediodía ya se habían transformado en un muro negro.
Desde la Empresa Funeraria Municipal (EFM) no sabían muy bien qué esperar de la inusual jornada de Tots Sants de hoy, en la que se ha decretado el cierre de los camposantos a las 14 h y se han anulado actos como la ofrenda floral en el Mur de la Memòria.
«No sabemos si la gente no vendrá por los avisos de la DANA o si se concentrará toda en la mañana, desde luego a las 8 de la mañana había bastante gente ya», dudaba Carlos Martínez de Tejada, gerente de la EFM. Normalmente, entre los dos últimos días de octubre y los tres primeros de noviembre pasan por el recinto alrededor de 25.000 personas: el grueso, unos 15.000 ciudadanos, suelen ir el día de Tot Sants, exponía el jefe del cementerio municipal de Palma, Miquel Gomila, quien explicaba que el momento delicado sería en al tener que cerrar a las 14 horas. Confiaban en que la gente habría recibido la información. Para compensar esta clausura prematura, la próxima semana el cementerio estará abierto desde las 8 de la mañana hasta las 221,30 h(cerrará dos horas más tarde de lo habitual).
Un paseo por el recinto y la comparativa con el recuerdo de años anteriores parecían confirmar que los avisos meteorológicos han pesado ya que había menos gente de lo habitual.
Además de la visita a la tumba o nicho, los ciudadanos que se han acercado al cementerio han tenido la opción de dejar un mensaje escrito para sus seres queridos fallecidos en las ramas del árbol de la memoria. Como ya se hizo el año pasado, el árbol se plantará en el interior del recinto y los mensajes se enterrarán al lado guardados en una «cápsula del tiempo» hecha de material biodegradable.
Gomila, responsable del cementerio desde hace 16 años, ha indicado a este diario que están acometiendo distintos proyectos para que sea un sitio agradable en el que estar, transformarlo en un sitio de encuentro con espacios agradables y accesibles y poniendo en valor y dando difusión a todo el patrimonio artístico y arquitectónico que contiene.
¿Cuántas almas reposan en el cementerio de Palma? Su director tiene una cifra estimada en la cabeza, pero razona que es algo muy difícil de saber. El gerente de la Empresa Funeraria recordaba este espacio se empezó a utilizar como lugar de enterramiento cuando la peste bubónica asoló Palma en 1652, dejando más de 15.000 víctimas mortales a las que hubo que buscarles un lugar alejado de la ciudad para darles sepultura. Se eligieron unas tierras de la familia Trilli. Posteriormente, en 1821 se inauguró ya oficialmente el cementerio de Son Tril·lo, nombre que la EFM quiere recuperar, que ha ido creciendo según iba creciendo Palma, y recibiendo como destino final a las víctimas de varios trágicos episodios, como la gripe española o la explosión del revellín de Sant Ferran.
«Toda la historia de la ciudad se refleja en el cementerio», razonaba esta mañana Martínez de Tejada, quien junto a Gomila trabaja para que el recinto sea percibido no como un lugar tétrico y oscuro sino como un espacio que vale la pena visitar y en el que es agradable estar: «La filosofía de todo cementerio urbano ha de sconvertirserse en una gran zona verde sin perder vista el componente sentimental y de recuerdo».