José Joaquín Bosch tiene 61 años, es de Riola y ha vivido las tres inundaciones más devastadoras de la Ribera: la Pantanada de Tous, la riada de 1987 y la DANA de esta semana. Para él, la sufrida la noche del martes supera en gravedad a las anteriores. «En 1982 entró más agua, pero esta ha sido peor», aseguraba.
En aquella ocasión, recordaba, el nivel de la inundación alcanzó los 1,7 metros de altura. Esta semana, «el agua llegaba por la cintura, sobre el metro, más o menos». Sin embargo, «ahora hay mucha más suciedad que por aquel entonces».
Por un lado, subraya la gran cantidad de barro que se ha acumulado en la población. «En una pequeña zona de pocos metros hemos sacado ya varios camiones. En el 82, la limpieza del pueblo fue mucho más rápida y pudimos ir a otras ciudades afectadas a prestar ayuda. Han pasado un par de días y el barro no se acaba, todavía queda mucho por hacer», explicaba.
Otro factor determinante, apuntaba, es el volumen de trastos afectados por la inundación. «Hace cuarenta años, la gente tenía menos electrodomésticos y muebles, ahora todavía hay personas que sacan sus trastos inservibles a la calle«, indicaba.
Bosch se mostraba agradecido por la ayuda recibida por parte de los voluntarios y administraciones locales que se han volcado durante los últimos días. También se mostraba convencido de que, con el tiempo, «esta catástrofe se recordará mucho más que la Pantanada«.