El Día de Todos los Santos continúa siendo una tradición en la localidad. A pesar de la incipiente aceptación, por parte de los más jóvenes, de Halloween. La nueva celebración, más lúdica, que se está arraigando en la sociedad española, no resta para el homenaje y tributo que siempre se le ha rendido a los difuntos en Cieza. El 1 de noviembre sigue siendo una jornada de luto y recogimiento.
Desde primera hora de la mañana, tanto viandantes como vehículos se congregaron en el cementerio. El penetrante olor floral inundaba el ambiente y el camposanto presentaba un aspecto inmejorable, donde era complicado encontrar un espacio libre en el que aparcar los vehículos y las colas se sucedían.
Era el día de los dulces de ‘Hueso de Santo’, de la representación por excelencia de Zorrilla: Don Juan Tenorio y, al contrario de lo que se vivió la jornada previa, principalmente por parte de los niños, predomina la costumbre ancestral. Y es que Cieza, para sus difuntos, sigue siendo clásica y los vivos visitan a los difuntos. Aunque se han perdido, con el paso de los años, algunas de las costumbres más relevantes como se hacía antaño velando en el interior del camposanto a los difuntos.
En definitiva, los difuntos ciezanos recibieron un merecido tributo por parte de sus familias en una fecha que, impertérrita, sucede todos los años y no tiene visos de acabar.