La tensión entre China y Taiwán crece por momentos. Si el gigante asiático ha realizado maniobras militares con fuego real en Niushan, la isla más cercana a Taipéi, el gobierno taiwanés ha sacado los tanques a la calle durante el ejercicio anual Chang Tai 19. Las fuerzas armadas del país insular quieren poner a prueba la capacidad de sus brigadas de blindados para recorrer más de 100 kilómetros en poco tiempo, a lo que se suma la noticia de la compra a EEUU de sistemas antiaéreos NASAMS. Son plataformas de eficacia probada en combate, iguales a las que el Ejército de Tierra español desplegó en 2022 para vigilar el cielo de Letonia ante la amenaza rusa. 

Las tres unidades del Sistema Nacional Avanzado de Misiles Tierra-Aire incluidas en el acuerdo serán fundamentales para que las defensas antiaéreas de Taiwán puedan hacer frente a amenazas como el Tiburón volador, el potente caza chino con misiles a 4.000 km/h, o el misterioso dron Escorpión y sus misiones de espionaje a gran altura. El contrato ha sido publicado por la Agencia de Cooperación para la Seguridad en Defensa (DSCA) del Pentágono, tras ser aprobado por el Departamento de Estado del presidente Biden.

Aunque los detalles pueden cambiar antes de la venta definitiva, el coste se estima en más de 1.000 millones de euros e incluye, además de los lanzadores, radares AN/MPQ-64F1 Sentinel, centros de distribución de fuego (FDC), sistemas electroópticos/infrarrojos (EO/IR) y sistemas de centros de control táctico (TCC). La munición incluida en el acuerdo son 123 misiles aire-aire AMRAAM-ER, con un alcance máximo de 40 km.

NASAMS

El desarrollo del sistema de defensa aérea NASAMS comenzó en los años 90 como parte de un programa de la Fuerza Aérea de Noruega. Para llevarlo a buen puerto, la compañía nacional Kongsberg Defense & Aerospace se alió con la estadounidense Raytheon y consiguieron ponerlo en activo en 1998.

A esta primera versión, le siguió inmediatamente después un proceso de mejora que culminó con el lanzamiento del NASAMS 2, que completó su periodo de prueba oficial en 2006. Este segundo modelo es con el que cuenta el Ejército de Tierra español y el que se incluye en el contrato firmado entre Taiwán y el Departamento de Estado de EEUU.


Lanzamiento misiles NASAMS

Cada una de las baterías incorpora un radar MPQ-64 Sentinel fabricado por Raytheon e integrado en todo el sistema. Dispone de detección en 3D empleando la banda de los rayos X. El Sentinel es uno de los grandes éxitos comerciales de la compañía estadounidense, que lleva fabricándolos ininterrumpidamente desde los años 90, con varias mejoradas en las últimas décadas.

Este sensor emplea un mecanismo de giro de 30 revoluciones por minuto que consigue una cobertura de 360 grados. Además, se desarrolló para que ofreciera gran resistencia contra armas electrónicas, contramedidas y misiles anti-radiación, que son capaces de dejar fuera de juego a cualquier dispositivo de su clase.

En cuanto a especificaciones, el fabricante anuncia un radio de detección de unos 75 kilómetros como máximo y un radio efectivo de 40 kilómetros. Existen algunas versiones mejoradas que consiguen hasta 120 kilómetros, aunque normalmente se encuentran más limitados debido a los misiles.

Una de las particularidades de la segunda versión de NASAMS es su integración con el sistema de transmisión de datos Link 16. Se trata de una red de telecomunicaciones propia de los países de la OTAN —y de algunos aliados con permiso especial— que tiene como objetivo compartir datos entre todos los efectivos. Eso incluye desde los sistemas antiaéreos como el NASAMS, hasta buques de guerra y todo tipo de aeronaves militares.

Dos lanzadores de NASAMS trabajando juntos


Dos lanzadores de NASAMS trabajando juntos

Kongsberg

«La venta propuesta mejorará la capacidad del receptor para hacer frente a las amenazas actuales y futuras, contribuyendo a las habilidades del receptor para defender su espacio aéreo, proporcionar seguridad regional y aumentar la interoperabilidad con los Estados Unidos a través de su programa NASAMS», indica la DCSA en el comunicado de prensa en el que anuncia el acuerdo.

Misiles

La munición incluida en el paquete de venta son los AMRAAM-ER (Advanced Medium-Range Air-to-Air Missile Extended Range o Misil Aire-Aire Avanzado de Medio Alcance con Alcance Extendido). Diseñados específicamente por Raytheon y Kongsberg para su lanzamiento desde NASAMS, ofrecen un aumento significativo del alcance máximo y la altitud de intervención con respecto de los AIM-120 estándar.

Misiles AMRAAM-ER aire-aire


Misiles AMRAAM-ER aire-aire

Departamento de Defensa de Estados Unidos

Omicrono

  

Esta versión de alcance extendido incorpora una serie de modificaciones, entre ellas la sección de guiado del AIM-120 C-8, un misil más robusto de 10 mm de diámetro, un motor cohete de 10 pulgadas producido por la compañía Nammo y un sistema de actuador de control de 10 pulgadas. Es una actualización muy reciente, ya que el primer disparo efectivo de este misil desde un sistema NASAMS se llevó a cabo en febrero de este mismo año, y permite duplicar el alcance de los misiles hasta los 40 km.

Además de esta munición, como explican en The War Zone, el NASAMS es capaz de disparar misiles AIM-9X Sidewinder e IRIS-T. Son proyectiles que también utiliza la flota de 160 cazas F-16V de las Fuerzas Aéreas de Taiwán (ROCAF). Eso supone una gran ventaja frente a otro tipo de defensas antiaéreas, aunque las 400 unidades de AMRAAM de las que dispone Taipéi sean claramente insuficientes ante un conflicto prolongado con China.

Este tipo de misiles son considerados de «dispara y olvida» y se guían gracias a los sistemas a bordo, apoyándose en el ecosistema de radares para alcanzar el objetivo. En su versión básica tiene un peso total de 157 kilogramos, de los que 35 kg corresponden a la ojiva.

Cuenta con un alcance máximo de 25 kilómetros, aunque el rango efectivo se reduce a una cúpula de entre 7 y 10 kilómetros de radio por una altura de 10.000 metros. Además, dispone de un sistema de guiado semiactivo con inerciales y un radar terminal activo para recorrer los últimos metros. La versión de lanzamiento terrestre cuenta con una velocidad máxima de 2.500 kilómetros por hora.

Fuente