Un grupo de más de 1.000 representantes de las industrias literaria y del entretenimiento ha firmado una carta en la que rechazan los intentos de boicotear y acosar a autores e instituciones literarias judías e israelíes.

La carta surge tras la firma de un compromiso por parte de alrededor de 1.000 autores y profesionales literarios, quienes anunciaron su decisión de boicotear las instituciones culturales israelíes. Este grupo se comprometió a no colaborar con editoriales, festivales, agencias literarias ni publicaciones israelíes que consideren cómplices de la violación de los derechos palestinos, incluyendo la justificación de la ocupación, el apartheid o incluso genocidio por parte de Israel.

Entre quienes han firmado en contra del boicot se encuentran reconocidos personajes como Bernard Henri-Lévy, Lee Child, Herta Müller, Howard Jacobson, Yossi Klein Halevi, Elfriede Jelinek, Mayim Bialik, Debra Messing, Julianna Margulies, Haim Saban, entre otros.

Rechazo a la exclusión de colegas por diferencias de opinión

Los firmantes han expresado que se sienten conmocionados y decepcionados al ver cómo miembros de la comunidad literaria hostigan y marginan a sus colegas por no compartir una narrativa única frente a la reciente masacre de judíos, la más grande desde el Holocausto.

Afirman que, más allá de las posturas sobre la guerra actual, el boicot a los creadores y a las instituciones culturales no hace más que profundizar las divisiones y promover más odio. Declaran que Israel está involucrado en guerras existenciales contra Hamás y Hezbolá, grupos considerados terroristas por diversos países occidentales como Estados Unidos, Reino Unido y la Unión Europea.

Apoyo a autores y editoriales israelíes y judías

Según los firmantes, la exclusión de aquellos que no condenan unilateralmente a Israel supone una distorsión de la moralidad y un ocultamiento de la realidad.

Por esta razón, hacen un llamado a sus colegas y amigos en todo el mundo para que se unan a ellos en la expresión de apoyo a los autores y editores israelíes y judíos, así como a las editoriales, festivales y agencias literarias que se niegan a someterse a la censura.

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